La gestión de las colonias felinas es responsabilidad de los ayuntamientos, en la medida en que la norma autonómica les atribuye la competencia sobre la recogida y control de los animales abandonados, que son aquellos (según la norma) que no tienen dueño ni identificación. Igualmente, dicha norma también atribuye a los ayuntamientos la concienciación en materia de protección y bienestar animal.

¿Qué mejor oportunidad que proteger y a la vez concienciar a través del control de las colonias felinas? La regulación de las colonias no exige un gran esfuerzo normativo, algunos municipios han optado por crear convenios con entidades de protección animal y/o voluntarios, porque, no lo olvidemos, las colonias son cuidadas por personas voluntarias que alimentan a los felinos, los esterilizan y les dan todo tipo de cariño y atención.

Igualmente, considero que se debe dotar a las personas alimentadoras de una protección adicional frente a los abusos de terceros. En ocasiones, por desgracia, son víctimas de amenazas, coacciones, e incluso agresiones de personas que están en contra de su labor. Debemos recordar que cualquier hecho delictivo que sufran puede ser denunciado, y en ningún caso está justificado, pero entiendo que dotarlas de una mayor protección supone no sólo una garantía para el bienestar de las colonias sino también una forma de reconocimiento a su labor.

Por otra parte, no debemos olvidar que los felinos gozan de la protección tanto de las normas administrativas como del Código Penal, en cuanto a que se trata de animales domésticos, independientemente de que no tengan dueño y vivan en colonias.