Pues ya ven, todos ellos son animales a los que se les da, como mucho, entre diez y veinte años más de vida en nuestro planeta. Por supuesto que algunos de ellos podrán seguir viéndolos en parques zoológicos o puede que, incluso, en alguna reserva controlada pero ¿en libertad? De eso ya pueden irse olvidando. Animales en riesgo de extinción.

¿Y saben por qué? Porque todos ellos comparten una tremenda desgracia: su piel, su alimento o su hogar tienen un elevado precio para el ser humano.

Por eso, entre la caza furtiva y la quema de los árboles en los que viven -además, por supuesto, de la imparable contaminación que nosotros mismos potenciamos- están abocados a la desaparición. Pero no crean, lo peor es que la lista no termina con ellos, al revés, cada año aumenta con alguna nueva incorporación a esta dramático grupo.

Uno de los últimos en llegar ha sido el caso de los monos de Gibraltar, esos que se venden por dos o tres euros en el norte de África pero que aquí, en nuestro país, alcanzan un precio de 3.000 euros en el mercado negro. Y claro, a fuerza de capturarlos y de transportarlos por docenas, metidos y escondidos en calcetines donde muchos mueren por asfixia, ya están también en máximo peligro de extinción. En fin.

Una pena y una enorme vergüenza porque cada uno de esos animales que componen esta lista, no lo olviden, son realmente nuestros compañeros del planeta. Y, además, por cierto, nuestros mejores amigos pero, sin embargo, mucho me temo que, a menudo, los tratamos como si fueran nuestros peores enemigos.

Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es o www.animalesarcadenoe.com.