Dicen que el presidente de la Diputación Provincial de Alicante, D. César Sánchez, tiene una debilidad especial por los animales. ¡Eso está genial! Claro que, un político que se precie, no debe estar sólo para sentir sino también para hacer.

Qué duda cabe de que la campaña de esterilización de gatos callejeros puesta en marcha por la entidad provincial ha sido un hito en la historia de la Dipu pero, también es cierto que, en la misma, ha pesado más la buena intención de ponerla en marcha que la efectividad a la hora de aplicar criterios de control para llevar a cabo la misma. Quizás sea por eso que ha dejado un sabor agridulce. Una verdadera pena porque la intención era buena.

También la Diputación ha puesto en marcha este año pasado diferentes eventos animalistas y otras acciones de concienciación, sin duda, todas ellas dignas de aplauso. Sin embargo, sigue faltándole empuje y, sobre todo valentía, a la hora de afrontar verdaderas políticas de protección animal en toda la provincia. Lo siento pero tomar decisiones, a menudo, es incompatible con quedar bien con todos. Quizás por eso, muchos le llaman la Dipu y no la Diputación, porque sólo cuando uno crece se da cuenta que no puede caerle bien a todo el mundo.