La altísima velocidad a la que entró en Gran Vía propició que, después de chocar con la rueda delantera derecha contra el bordillo del jardín de la mediana saliera despedido hacia la derecha y acabase empotrándose contra una farola y dos palmeras, que derribó. Los servicios de limpieza recogieron piezas del motor a más de 30 metros del punto de impacto final.