A medida que pasan los días, las normas de aislamiento se adaptan a las necesidades. Los padres y madres reclamaban que algunos supermercados les prohibieran la entrada con niños. Ahora la ley hace una excepción y se lo permite siempre y cuando no tengan con quién dejar al menor. Debe imperar la lógica, los niños son quienes más poder de contagio tienen. Cuanto menos tiempo pasen fuera de casa, menor riesgo de que transmitan el virus. Por tanto, a partir de hoy solo se puede estar en la calle acompañado si la otra persona es menor, tiene necesidades especiales o es un anciano que reclama nuestra ayuda. Además se terminó lo de hacer vida en las zonas comunes de las urbanizaciones. Se acabaron las fiestas en las azoteas. Utilicen el ascensor de uno en uno o directamente recurran a las escaleras. Para que el aislamiento se acabe cuanto antes hay que seguir las normas a rajatabla.