Estos aparatos pueden perforar el ala de un avión o tirar un helicóptero al suelo. La ley prohíbe usarlos a menos de 8 kilómetros de un aeropuerto o de un hospital con helipuerto, por lo que volarlos en Madrid o Barcelona está prohibido y las multas son elevadísimas. Tampoco se pueden volar ni de noche ni por encima de gente. La Policía tiene instaladas antenas fijas antidrones que son capaces de detectar al momento al dron y al piloto. Para otros eventos, los agentes disponen de neutralizadores portátiles, que lanzan una frecuencia que hace que el dron ilegal vuelva al lugar de despegue.