Veinticinco años han pasado y nadie puede olvidar su muerte. La de Miriam, Toñi y Desirée, las tres niñas de catorce y quince años que fueron secuestradas, violadas, torturadas y asesinadas en el municipio valenciano de Alcàsser. Desparecieron aquel 13 de noviembre de 1992 cuando subieron al coche de Miguel Ricart y Antonio Anglés. Las llevaron a una casa en ruinas, las ataron, torturaron y agredieron sexualmente.