Cada año (o cada dos si el coche tiene menos de 10 años) llega el gran examen para nuestro vehículo: pasar la ITV. Después de pedir la cita previa es el momento de que los mecánicos especializados del centro de la Inspección Técnica de Vehículos que hayamos escogidos examinen al detalle cada parte del coche para que este sea apto para la circulación. Desde las luces, hasta los neumáticos, todo debe estar en orden para conseguir la pegatina y poder así circular en regla durante otros dos años.

No obstante, ya ha entrado en vigor una nueva norma a la hora de revisar los vehículos. Las estaciones comienzan a comprobar los sistemas de control de emisiones. Estos centros cuentan con dispositivos de lectura OBD (On Board Diagnostic- Diagnóstico a bordo) que comprueban los sistemas de control de emisiones (E-OBD). Este protocolo se aplica para aquellos vehículos fabricados a partir del año 2006 (vehículos ligeros Euro 5 y Euro 6 y vehículos pesados Euro VI) y es una prueba complementaria a la que se hace habitualmente de gases (que se seguirán realizando durante la inspección). Es por ello, que aquellos coches que registren defectos en este sistema, no pasarán la ITV.

Desde la Asociación Española de Entidades Colaboradoras con la Administración en la ITV han subrayado que la lectura E-OBD no mide nuevos contaminantes, sino que comprueba que el sistema de control que incorporan los vehículos no presenta averías, errores o manipulaciones.

Claves de la nueva ITV

El año pasado la ITV se renovó por completo, volviéndose mucho más estricta en el control de las emisiones, pero también con algunas ventajas como pasar dos veces el examen en estaciones distintas (en este artículo te mostramos las claves de esa nueva ITV).

El último estudio sobre la contribución de los centros de la Inspección Técnica de Vehículos a reducir la siniestralidad (que data de 2011) que las estaciones de ITV evitaron 170 víctimas mortales gracias al buen estado de los coches. La modernización de los sistemas electrónicos del va de la mano de la modernización de los sistemas de análisis de a centros de inspección, por lo que, durante la revisión del coche, se detectan defectos, tanto leves, como graves, que ayudan a reforzar la prevención de accidentes.

Los defectos más habituales que suelen localizar son los fallos en las luces del coche, desgaste en los neumáticos, los frenos y las emisiones contaminantes.