Tráfico lo tiene todo estudiado. Muchos conductores levantan el pie del acelerador cuando saben que van a pasar junto a radar fijo. No tiene mayor secreto: están indicados en las carreteras. Pero, una vez que los conductores los pasan, vuelven a pisar el acelerador, confiados en que ya no pueden ser cazados a una velocidad excesiva. Pero eso se ha acabado. Los agentes de Tráfico están poniendo en marcha una nueva táctica para pillar a este tipo de conductores: se trata de los radares "en cascada", un método que ya se ha ensayado la pasada Semana Santa y que va a suponer que se multe a miles de conductores.

Es fácil. Consiste en instalar radares móviles a relativamente escasa distancia de los radares fijos, con el fin de sorprender a los conductores que pisan el acelerador tras dejar atrás los cinemómetros que está anunciados. Con los radares "en cascada" se pretende concienciar a los conductores de la necesidad de respetar en todo momento los límites de velocidad, y no cuando se pasa junto a un radar fijo.