Porsche presentará en primicia mundial la octava generación del 911 en el Salón de Los Ángeles, el próximo martes, 27 de noviembre, 55 años después de que debutara el modelo original.

El modelo se lanzó el 12 de septiembre de 1963 en el Salón de Frankfurt como sucesor del 356. El nuevo deportivo originariamente se conocó como 901, pero debido a que Peugeot tenía registrado el cero en medio para todos sus modelos, cuando llegó al mercado un año más tarde, lo hizo como Porsche 911.

La expansión de la gama del deportivo continuó en 1965 con el 911 Targa, el primer «cabriolet seguro», que llevaba una barra antivuelco de 20 centímetros de ancho, un techo desmontable y una pequeña capota detrás, que se le conoció como ventana blanda y poco tiempo después fue sustituida por una luna trasera panorámica y térmica.

En 1966 hizo su estreno mundial el 911 S de 160 CV. En otoño de 1967 salieron al mercado otras variantes, como el 911 T de 110 CV.

Por su parte, a partir de 1969, la distancia entre ejes del 911 crecía respecto a la primera generación en 57 milímetros, hasta llegar a los 2.268 milímetros, lo que proporcionaba un comportamiento menos nervioso al vehículo.

La era 2.0 litros finalizaba en 1969. Con un diámetro de los cilindros cuatro milímetros mayor, la cilindrada subía hasta 2.195 centímetros cúbicos. En el 911 de 1972, el aumento en la cilindrada era aún mayor, hasta 2.4 litros, pero ahora el coche también podía funcionar con gasolina de octanaje normal. La gama abarcaba así vehículos desde los 130 a los 190 CV del 911 S.

El 911 Carrera RS 2.7 se convirtió en una leyenda con su spoiler trasero tipo cola de pato. Este modelo solo pesaba 1.000 kg, tenía una potencia de 210 CV y su velocidad máxima superaba los 245 km/h. En total, se fabricaron 1.525 unidades en la fábrica de Zuffenhausen (Alemania). Con esta variante se culminaba la primera generación del 911, de la que se ensamblaron 111.995 unidades entre 1963 y 1973.