Calentamiento global

El mayor iceberg del mundo, más grande que Mallorca, navega ya hacia mar abierto

Las imágenes por satélite evidencian que se va derritiendo conforme avanza hacia el norte

Imagen del iceberg, una masa helada más grande que Mallorca

Imagen del iceberg, una masa helada más grande que Mallorca / NASA

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

Un gigantesco iceberg (de hecho, se le considera el mayor del mundo) se desprendió del continente antártico en 1986 y desde entonces inició un verdadero periplo por los alrededores, alternando períodos de rápido movimiento con fases en que ha estado prácticamente estancado. Ahora, sin embargo, parece dirigirse ya definitivamente hacia mar abierto, lejos de su ‘hogar’ y camino de un progresivo derretimiento.

El A23a, que es como se conoce científicamente a esta inmensa masa helada flotante, que supera la superficie de la isla de Mallorca, pues alcanza los 3.800 kilómetros cuadrados, parece haber iniciado una rápida migración, según los científicos que realizan su seguimiento.

Después de separarse de la costa, el iceberg permaneció prácticamente parado durante años en un rincón del Mar de Weddell, como si fuera una isla más. De hecho, su profundidad de 350 metros bajo el nivel del mar podría haber hecho que quedara ‘anclado’ de algún modo al fondo marino. Durante casi tres décadas no pareció evolucionar de ningún modo.

Trayectoria que está siguiendo el iceberg

Trayectoria que está siguiendo el iceberg / NASA

Directo hacia el Atlántico Sur

Pero, desde 2020 su movimiento se ha ido acelerando. Según iba derritiéndose, el gran témpano fue liberándose y desplazándose por el mar, más lentamente primero y más rápidamente después, gracias a las corrientes y los vientos, que lo han ido empujando hacia el norte, donde el aire y el agua son bastante más cálidos.

No es una ruta extraña la que sigue A23a, pues los científicos la conocen en realidad como ‘el callejón de los icebergs’, pues es la senda que siguen muchos otros antes de lo que haya hecho este ejemplar. Esta masa helada se está moviendo a lo largo del paralelo 60, cerca de las islas Orcadas del Sur, a unos 700 kilómetros al noreste de la Península Antártica.

Es casi seguro que el A23a será expulsado a la Corriente Circumpolar Antártica, la cual, a su vez, lo arrojará hacia el Atlántico Sur.

A23a es una gran plataforma helada a la deriva

A23a es una gran plataforma helada a la deriva / Pixabay

Se trata, por tanto, de un camino hacia la autodestrucción. Su destino, siguiendo esta dirección, es la progresiva pérdida de hielo, su fragmentación y su derretimiento. De hecho, las imágenes por satélite ya evidencian que este proceso ha empezado, pues está rodeado de pedazos más pequeños (del tamaño de un estadio de fútbol o un autobús) que van cayendo al mar.

Los científicos creen que, a partir de ahora, el desmembramiento del iceberg se irá acelerando, puesto que la temperatura, por cada decena de kilómetros que avanza hacia el norte, sufre un importante aumento. No se descarta incluso que a finales de este año quede ya poco de A23a.

Pero, mientras va camino de su destrucción, esta plataforma flotante va dejando tras de sí un reguero de nutrientes (procedentes del polvo mineral que recibía cuando aún formaba parte de un glaciar en el continente) que son beneficiosos para el medio marino. Este polvo cargado de nutrientes sirve para alimentar los pequeños organismos situados en la base de la cadena alimentaria del océano, como es el caso del plancton del cual se alimentan otros organismos mayores.

Debido al progresivo calentamiento que sufre la Antártida, los expertos consideran muy probable que la formación de icebergs como este sea cada vez más frecuente. Además, al tratarse de masas heladas que en ocasiones proceden de tierra firme, su trasvase al océano causa una subida del nivel del mar en todo el planeta.

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