Fauna en riesgo

¿Debe intervenir el ser humano cuando una especie vulnerable amenaza la supervivencia de otra?

"Las actividades humanas modifican los ecosistemas y tienen efectos en cascada más allá de lo que la gente cree"

Sifaka diademada, especie en peligro

Sifaka diademada, especie en peligro / Onja Ramilijaona

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Los mamíferos de gran tamaño que viven en hábitats fragmentados corren un mayor riesgo de extinción, y ese peligro puede verse influido por factores ecológicos como la dinámica del sistema depredador-presa. Estas dinámicas pueden ser particularmente complejas para la gestión de la conservación cuando una especie en peligro de extinción se alimenta de otra especie en la misma situación en un hábitat aislado o de mala calidad. ¿Qué debe hacer el ser humano? ¿Intervenir o dejar que la naturaleza siga su curso? Un estudio científico ha tratado de responder a este dilema.

Los científicos se enfrentaron a esta difícil disyuntiva cuando presenciaron ataques a tres grupos de lémures sifaka diademado (Propithecus diadema), en peligro crítico de extinción, por parte de otra especie vulnerable, el carnívoro más grande de Madagascar, el fosa (Cryptoprocta ferox), en la Reserva Natural Estricta de Betampona.

Este espacio protegido es un bosque lluvioso de baja altitud de 22 kilómetros cuadrados, rodeado de tierras agrícolas y aislado de corredores forestales más grandes. El objetivo de los investigadores fue evaluar los cambios de comportamiento de sifaka en respuesta a los ataques del fosa e identificar cualquier estrategia antidepredador adoptada, y cuantificar la frecuencia de los ataques de fosa y el impacto de la depredación en la población de sifaka.

Ejemplar de fosa.

Ejemplar de fosa. / Unsplash

El informe elaborado con los resultados detalla cinco observaciones directas de intentos de depredación por fosa (uno exitoso), el descubrimiento de un sifaka muerto con evidencia de depredación por fosa y la desaparición de tres individuos.

Los autores, de la Universidad de Washington en St. Louis y la Universidad de Antananarivo en Madagascar, describen los ataques observados y comparan los presupuestos de actividad de los sifaka y los patrones de movimiento antes y después de los eventos. Para escapar del depredador, los sifakas adoptaron tres estretegias: huyeron (distancias cortas), se escondieron y permanecieron vigilantes.

Crear corredores forestales

Los investigadores concluyeron que el impacto de la depredación, combinado con las bajas tasas de reproducción y la endogamia potencialmente alta de esta población aislada de sifaka diademada, podría afectar la supervivencia de esta especie en Betampona.

"Dados los efectos combinados del aislamiento del hábitat y la alta presión de caza, las estrategias de conservación específicas de la comunidad deberían incorporar la dinámica depredador-presa a través del monitoreo longitudinal de las densidades de población de depredadores y presas y cuantificar la presión de depredación entre ellos", concluyen los investigadores.

Estos datos proporcionarían información importante para guiar decisiones orientadas a la conservación de ambas especies, como la translocación de depredadores y presas, o la creación de corredores forestales como estrategia para permitir la movilidad de unos y otros, reduciendo la presión de los depredadores y aumentando el flujo de genes para los lémures.

Un ejemplar de lemur sifaka diademado.

Un ejemplar de lemur sifaka diademado. / C. Michael Hogan

Más conclusiones: los animales domésticos (perros y gatos) pueden competir con los depredadores naturales o tener un efecto directo sobre las poblaciones de las potenciales presas.

Además, habituar a los depredadores a la presencia de observadores humanos también puede cambiar la intensidad de la depredación, ya que elimina el miedo a los humanos que pudo haber protegido a los lémures de la depredación cuando el ser humano no estaba presente.

El artículo, publicado en ‘Ecology and -Evolution’, resalta asimismo que las acciones de conservación que consideran la dinámica ecológica junto con los factores antropogénicos pueden ayudar a la viabilidad a largo plazo de las poblaciones pequeñas y aisladas, teniendo en cuenta la comunidad ecológica y la dinámica interespecífica.

"Un escenario increíble"

"Aunque Betampona es una de las reservas mejor protegidas de Madagascar, su aislamiento de otros bosques viables con poblaciones de lémures ha creado una situación en la que las especies en peligro crítico de extinción no pueden seguir los patrones de dispersión típicos, lo que lleva al aislamiento genético y demográfico", apunta Lisa Kelley, directora ejecutiva del Saint Louis Zoo Wildcare Institute.

"La necesidad de estudiar estas poblaciones para un posible estudio de gestión genética quedó clara hace varios años, cuando hubo indicios de que había pocos nacimientos y aún menos supervivencia infantil. Las observaciones más recientes de ataques de fosa son especialmente preocupantes, ya que la observación de depredación, especialmente por parte de esta esquiva especie, es muy rara", añade Kelley.

"Esto nos lleva a preguntarnos por qué los fosa son tan audaces al depredar a los lémures frente a los humanos, y si los fosa abandonan Betampona para cazar en otro lugar y luego regresan, o si están apuntando a los lémures dentro de la reserva", apunta Kelley. "Es un escenario increíble en el que tienes una especie vulnerable que potencialmente sobrepreda a varias especies en peligro crítico de extinción", destaca.

Fosa en el Zoo de Valencia.

Fosa en el Zoo de Valencia. / Ran Kirlian

"Existe una enorme presión de depredación que se subestimó hasta que hicimos este estudio de comportamiento. Pudimos resaltar la endogamia y otros factores que pueden estar detrás del hecho de que esta población no puede prosperar en Betampona", explica Giovanna Bonadonna, primera autora del estudio.

"No es que el fosa sea el malo. También necesita conservación. Este estudio realmente resalta lo complicado que puede ser (decidir en materia de conservación). Las actividades humanas conducen a cambios en la dinámica dentro de los ecosistemas, teniendo efectos en cascada más allá de lo que la gente cree. A pesar del esfuerzo por conservar una especie, en realidad es el ecosistema y el equilibrio de ese ecosistema que está en juego una vez que el hábitat se ve comprometido", concluye Bonadonna.

Informe de referencia: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ece3.11248

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