Los informes que baraja el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, sobre el desbordamiento del río Girona el pasado 12 de octubre a su paso por Beniarbeig, Els Poblets y El Verger, exculpan de responsabilidad a las diferentes administraciones. Aunque la documentación llegó a la oficina del Defensor el pasado viernes 7 de febrero y continúa estudiándose la misma, todo apunta a que "no hubo negligencia ni descuido" por parte de los ayuntamientos afectados, la Generalitat y la CHJ.

Fuentes de la oficina del Defensor, indicaron a este diario que inicialmente "todo indica que se ha tratado de una avenida excepcional de agua" ya que al llover tanto "el agua lo arrastró todo y el propio cauce del río no pudo con ello". La investigación, abierta de oficio por el Defensor del Pueblo, aún no ha concluido si bien todo apunta a que no se responsabilizará a ninguna administración. Enrique Múgica decidió en un principio estudiar los hechos tras considerar que no se había canalizado adecuadamente la crecida del río. No obstante, en la documentación enviada a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar, se apunta cómo principal causa las intensas precipitaciones en un espacio y tiempo muy reducido.

Precipitaciones intensas

De hecho, en mas de cincuenta puntos de la red de observatorios meteorológicos se registraron más de 100 litros por metro cuadrado en menos de 24 horas. De todos ellos, en 12 municipios se superaron los 200 litros por metro cuadrado, en 6 se midieron más de 300 l/m2, mientras que en dos localidades se detectaron más de 400 litros por metro cuadrado. En algunos casos, las cantidades se registraron en un tiempo muy reducido: entre seis y ocho horas.

La fuerza del agua provocó en localidades de montaña del interior, como La Vall de Laguar, desprendimientos de toneladas de tierra sobre la calzada, mientras que el Girona acumuló toda clase de residuos en su cuenca.