Este verano se cumple al pie de la letra lo de pasar un día de playa. Los bañistas acuden cargados con neveras. Comen en la playa y, si se tercia, también cenan. Disfrutan del litoral como si no hubiera mañana. El problema es que hay quien no se molesta en llevarse las bolsas de basura para arrojarlas en los contenedores.

Las tiran en las papeleras. Y, si están llenas, las dejan fuera. El incivismo deja imágenes tan sonrojantes como la tomada la tarde de este domingo en la Caleta de Xàbia. Las papeleras estaban rodeadas de basura. Sorprende que los bañistas acudan a calas y playas de extraordinaria belleza y de aguas cristalinas y luego no ayuden en nada a preservar estos paraísos.