«Había una persona atrapada y tenía que sacarla. Aquello que hice me ha dado mucha suerte». Gorgui Lamine Sow, el joven senegalés que salvó a Álex, un vecino de Dénia, de morir en su casa en llamas, estrenó ayer la nacionalidad española. Su rutina no fue distinta a las de otros días. Cogió el autobús en Gandia, donde vive con su compañera, Gana, y su hija Ndeye, de un año, y viajó a Dénia a ganarse la vida vendiendo artesanía por las calles. Pero Gorgui lució ayer una camiseta con la palabra «España» y los colores rojo y gualda.

«Estoy muy contento. Tengo 21 años y ahora se abre un porvenir para mi familia». Gorgui y Gana van a ser pronto de nuevo padres. «Mi compañera está embarazada de seis meses. Hoy ha ido al hospital a hacerse una ecografía. Es una niña», explicó, feliz, el joven. Ndeye nació en Madrid. Su hermanita vendrá al mundo en el hospital de Gandia.

Gorgui admite que nunca olvidará lo que ocurrió el pasado 6 de diciembre. Se hallaba por la zona del puerto de Dénia. Vio una columna de humo y escuchó gritos de socorro. Corrió hasta allí. Le dijeron que había una persona atrapada en una casa. Trepó por la fachada y entró por el balcón del primer piso. Se jugó la vida. «Estaba todo oscuro y lleno de humo. Era peligroso. Pero tenía que sacar a Álex y a su perro como fuera». El joven senegalés se echó a Álex Caudeli, un vecino que está enfermo y tiene problemas de movilidad, a los hombros y lo puso a salvo.

«Quiero prepararme y presentarme a las pruebas para ser bombero», avanzó Gorgui ayer a Levante-EMV. Aptitudes tiene, sin duda. Aquel 6 de diciembre, tras rescatar a Álex, este inmigrante se marchó a todo prisa. No tenía papeles. Los vecinos ni siquiera pudieron dar las gracias al héroe anónimo. Dos días después trascendió su identidad. Que se regularizara su situación en España fue un clamor. El primero que lo pidió fue Álex, que se reencontró con su rescatador y le agradeció con lágrimas en los ojos que le hubiera salvado la vida. «Sigo hablando con Álex. No hemos perdido el contacto», indicó ayer Gorgui.

El Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social le concedió un permiso de residencia y trabajo en España de 6 meses. Ahora el Gobierno le ha otorgado la nacionalidad española.

Este joven senegalés, que llegó a España un 20 de agosto de hace tres años, no oculta que quiere abandonar la venta ambulante y lograr un contrato de trabajo. Todo se complicó con el confinamiento. «Ha sido muy duro. Hemos recibido durante dos meses una ayuda de emergencia de 380 euros. Ahora me gustaría que me dieran una oportunidad y tener un trabajo estable. Mientras, me prepararía para ser bombero. Me encanta vivir aquí y quiero construir un futuro con mi familia».