Los ciclistas ya no se pueden dejar tranquilamente sus bicicletas mientras se hidratan en un bar tras volver de hacer deporte. Un grupo de amigos salió el jueves por la tarde a hacer una ruta en bicicleta de montaña. Al acabar, pararon en un bar del Poble Nou de Benitatxell a refrescarse. Cuando salieron, faltaba una de las bicicletas, modelo Canyon Strive, cuyo precio está sobre los 3.700 euros. El disgusto del dueño fue mayúsculo.

A la mañana siguiente denunció el hurto en el cuartel de la Guardia Civil de Xàbia. Al mismo tiempo, lo difundió a través de las redes sociales. La fotografía de la bicicleta ayudó a recuperarla y a dar con el ladrón.

Sobre mediodía, un vecino de Teulada-Moraira alertó de que había visto a un grupo de jóvenes con una bicicleta muy similar a la robada. Acudieron agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local y detuvieron al presuntó ladrón, un chaval de 20 años.

El propietario de la bici acudió a recuperarla. Por todos los datos que dio y la documentación que aportó, no cabía duda de que era el legítimo propietario de la "Canyon".

A partir de ahora, quienes salen a hacer la ruta y luego acuden al bar a tomarse una cerveza a un refresco deberán mirar de reojo las bicis que se dejan fuera.