«Dale un pez, y comerá hoy. Dale una caña y enséñale a pescar y comerá el resto de su vida». El viejo proverbio chino vale también para ahora. Dénia destinará 1,4 millones a salvar de la pobreza y el hambre (sí, suena así de crudo) a las familias más castigadas por la crisis del coronavirus. Pero también pone la caña y echa las redes y todo el aparejo que tiene a mano para empezar a pescar en el sector que mueve su economía y la de toda la Marina Alta, el turismo. El alcalde, Vicent Grimalt, ya ha anunciado que el ayuntamiento destinará 25.000 euros a lanzar campañas turísticas que incidan en que Dénia es una ciudad «saludable, sostenible y mediterránea».

Grimalt confía en los turistas que tienen aquí su segunda residencia para salvar medianamente los meses de julio y agosto. «No es lo mismo los municipios que tienen turismo de hotel que nosotros. Aquí hay mucha segunda residencia y son viviendas unifamiliares en las que es más fácil que las familias estén aisladas», afirma.

El alcalde considera también que los visitantes de este verano serán españoles y harán el viaje en coche. Los turistas franceses, ingleses o alemanes, importantísimos en la Marina Alta, están en el aire. Más bien, están en tierra, ya que lo de coger este verano un avión para irse de vacaciones será complicado.

El munícipe también ha avanzado que mantendrá una reunión con los responsables de Salud Pública (asistirán también el concejal de Playas y representantes de la Cruz Roja, entidad que se encarga del socorrismo en el litoral dianense) para avanzar en lo posible las posibles medidas de seguridad que deberán tomarse en los puntos de más concurrencia turística. Grimalt advierte de que Dénia también podría adaptarse mejor que otros pueblos litorales a establecer normas de distanciamiento social en las playas. «Nosotros tenemos 20 kilómetros de playas», subraya, aunque también deja claro que calas de más apreturas como algunas de les Rotes podrían, «por desgracia», cerrarse.

«Vamos a multiplicar esfuerzos para salvar en lo posible el verano. Tenemos playas, gastronomía y un destino de calidad y eso es un buen aval», precisa el alcalde, que tiene claro que ahora hay que apostar por el turismo saludable.