Insolidarios y egoístas. Esta Pascua tocaba comerse la mona en el balcón de casa. Pero todavía hay quien ha roto el confinamiento y se ha dejado caer por las playas a merendar el típico dulce. Se pueden contar, eso sí, con los dedos de la mano.

La Policía Local de Calp puso ayer seis sanciones por incumplir el decreto del estado de alarma. Identificó a 311 personas. Por tanto, son los menos los que salen de sus casas por motivos absolutamente triviales. Ahora la prioridad absoluta es frenar los contagios y las muertes por coronavirus.

Entre las conductas denunciadas figura la de "desplazarse hasta Calp desde otros municipios cercanos con la intención de comerse la mona". Los sancionados acudían a los paseos marítimos a merendar el dulce tradicional. Y eso que el cielo, cómplice esta vez del confinamiento, no resplandeció como en otras Pascuas.

Los agentes también sorprendieron a personas que acudieron a visitar a conocidos sin ninguna causa que justificara quebrantar el confinamiento.