Las inmediaciones de algunos supermercados de Xàbia están salpicadas de los guantes de plástico que los empleados de estos establecimientos entregan a los clientes para prevenir contagios mientras realizan la compra. Muchos vecinos hacen caso omiso a los carteles que indican que estos guantes hay que arrojarlos en las papeleras situadas en la salida de los supermercados. Se los quintan de las manos en la calle y los tiran al suelo.

Es un problema que va a más. Los operarios de la limpieza retiran cada día cientos de guantes. Además, como son de una lámina ligerísima de plástico, el viento los hace volar y los desperdiga.