Gata de Gorgos no quiere más discomóviles. La última, la del Entierro de la Sardina (el sábado 29 de febrero), acabó en batalla campal. La música debía terminar a las 4 de la madrugada. Cinco minutos antes se desató una pelea multitudinaria con al menos diez implicados. Los agentes de la policía local y los miembros de la comisión que acudieron a sofocar el altercado acabaron zarandeados y empujados. Antonio Pons, de la comisión, sufrió una agresión. Luego se produjo otra pelea con seis implicados. Uno de ellos, según ha podido saber este diario, esgrimió un cuchillo de grandes dimensiones. Algunos testigos aseguraron que era un machete. Los agentes cachearon al presunto portador del cuchillo. No encontraron el arma. Pero identificaron al hombre y comprobaron que el pasado mes de diciembre ya lo sorprendieron de madrugada dentro de su vehículo intentando esconder una pistola simulada.

Los policías locales y los guardias civiles que vigilaban esa noche la discomóvil ya no pararon. Un guardia civil recibió un brutal golpe con un casco de moto en la cara. El agresor, que presuntamente había robado esa noche un ciclomotor, acabó detenido.

Mientras, del centro de salud avisaron a los agentes de que estaban atendiendo a varias personas que habían resultado heridas en los altercados. Dos eran menores. Un chico de 17 años tenía fracturado el tabique nasal y una niña de 13 presentaba una herida abierta en la cabeza (el médico de guardia le dio puntos de sutura). Otro menor también fue trasladado de urgencia al centro de salud. Su atacante, también menor de edad, lo tiró al suelo y le propinó dos patadas en la cabeza. El herido presentaba una brecha y sangraba abundantemente.

La discomóvil había transcurrido sin problemas hasta que, minutos antes de darse por finalizada, comenzaron los altercados. La fiesta la habían organizado el ayuntamiento y la comisión de 2020.

El consistorio ha decidido que ya no quiere que el pueblo viva otra madrugada de violencia. Ha decidido que Gata quede «libre de discomóviles» hasta que se adopten las medidas de seguridad que garanticen que este tipo de fiestas no acaban en una batalla campal. El acuerdo lo han tomado el alcalde, Josep Francesc Signes; el concejal de Fiestas, Joanvi Vallés, la líder de la oposición, Maite Signes, del PP, y los responsables de la comisión de fiestas de 2020.