n Las obras se hacen eternas. Los vecinos de Gata ya están hasta el gorro de sortear zanjas y vallas. Pero los que se llevan la peor parte son los comerciantes. Más de 20 comercios del centro de este pueblo (Gata siempre ha tenido mucho nervio comercial) están sufriendo pérdidas al retrasarse más de lo previsto las obras de reurbanización de las calles. Ya hay empresarios que afirman que están a un paso de bajar la persiana. Los trabajos debían acabarse en tres meses. Han pasado siete y todavía hay mucho por hacer.

Esta semana la asociación Comerç de Gata convocó a los dueños de negocios del centro del pueblo. Los empresarios subrayaron que las obras arruinan a los comercios que están en las calles que se cierran y también a los de las próximas. Los clientes huyen del polvo y las máquinas. Además, los comerciantes temen que la pesadilla todavía sea peor. Las obras en una de las calles principales del centro urbano, la de la Bassa, todavía no han empezado.

En la reunión, los afectados indicaron que en septiembre, poco antes de que entrara la maquinaria y se abrieran las zanas, se les avisó de que en tres meses las calles estarían abiertas e impecables (el nuevo pavimento, de hormigón impreso, recrea la forma de los adoquines). Pero han pasado siete meses, y las calles siguen repletas de vallas. Falta terminar, entre otras cosas, las aceras.

Los comerciantes aprovecharon los tres meses para coger vacaciones y dar asueto también a los empleados. La mayoría prefirió cerrar que enfrentarse al martirio del ruido y las obras. Pero lo que es insostenible es tener cerrados los negocios «sine die».

Los comerciantes y los responsables de Comerç Gata coincidieron en que las obras son «positivas y necesarias para el pueblo». Se mostraron dispuestos a apoyar al ayuntamiento en una demanda contra la empresa si esa es la vía para recuperar las pérdidas que han sufrido en estos cuatro meses extra de obras.

La asociación, que representa a 110 comercios y empresas locales, presentará por registro de entrada una petición para que el ayuntamiento haga público el contrato con la empresa y las posibles modificaciones. Los negocios han reclamado que se les exima de pagar la basura y los impuestos de los meses que han estado cerrados.

Comerç Gata también quiere que el consistorio explique si se cerrarán (peatonalizarán) calles, si se crearán zonas de carga y descarga y si se habilitarán aparcamientos públicos.

Los negocios que ahora están pasando las de Caín son de proximidad y contribuyen a dar vida al pueblo.