A Xàbia le quita el sueño el ruido. La policía local realizó el pasado año 550 servicios por quejas por el alboroto de fiestas (las privadas en verano son de mucha bulla), los ladridos de los perros o el estrépito de las obras. Agosto, es evidente, es el mes en el que se disparan los avisos por ruido. Es el dilema de muchos pueblos turísticos. Hay visitantes que no quieren oir ni una mosca y otros más dados al alborozo.

La policía de Xàbia presentó ayer su memoria de 2019, año en el que atendió 7.418 servicios. El intendente jefe, José Antonio Monfort, destacó que las actuaciones que van en aumento son las de carácter asistencial (requerimientos de servicios sociales, preventivos culturales y deportivos o apoyo en avisos sanitarios). Superan los 700.

La policía estrena ahora dos nuevos vehículos. Son todoterreno y uno de ellos está equipado con desfibrilador. Los agentes se han formado en el uso de este dispositivo que salva vidas.

El 30 % de los avisos llega ya a través del 112. Los agente se movilizan a toda prisa. Tardan de media 11 segundos en descolgar el teléfono y salir a atender la emergencia.

El verano siempre es en Xàbia la época de no parar para la policía local. Pero en 2019 el mes de abril no fue muy a la zaga. Las inundaciones del núcleo urbano del Arenal dispararon las intervenciones.

Mientras, los agentes acudieron a 359 accidentes de tráfico sin heridos y a otros 79 con heridos. También recibieron 128 avisos por sospecha de incendio. En Xàbia, los vecinos, tras los fuegos que asolaron la Plana y el cabo de Sant Antoni (el Montgó) y la Granadella, se ponen en guardia en cuanto ven una columna de humo. Los avisos atendidos por actos vandálicos fueron 27.

La edil de Seguridad, Pepa Gisbert, y el alcalde, José Chulvi, destacaron la gran labor que realizan los agentes y avanzaron que están en marcha los procesos para reforzar la mermada plantilla policial.