De diseño moderno, pero ya estrecho. En 1999, cuando se inauguró, el retén de la Policía Local de Calp ya se había quedado pequeño. La cosa ha ido a peor. Los representantes sindicales de los agentes denunciaron ayer que las instalaciones «no reúnen condiciones higiénicas ni de salubridad». Advirtieron de que hay plagas de insectos. Los agentes, al entrar en el retén, también se han encontrado con ratas. Las cámaras de seguridad captan a los roedores merodeando tan panchos.

Los sindicatos recalcan que las instalaciones sufren filtraciones de agua y que la escalera de caracol, elemento prohibido por el comité de riesgos laborales, es «un peligro» y una barrera arquitectónica insuperable para personas mayores y con problemas de movilidad. Aseguran que varios agentes han sufrido en esos escalones caídas. También insisten en que el retén ya nació pequeño. «Las compañeras no tienen vestuario propio. Se ven obligadas a cambiarse en el aseo».

Además, denuncian que el edificio está mal climatizado y faltan aparatos de calefacción y de aire acondicionado.