Dos perros, que probablemente se escaparon de una casa rural, corrían ayer desesperados por los caminos de Jesús Pobre. Sus destinos estaban unidos por un fino cordel de nailon. Los canes no se podían separar ni unos centímetros. Llevaban sus collares atados con el cordel. Se les veía desesperados y jadeantes. Intentaban con movimientos bruscos separarse. El perro de más envergadura tiraba del más pequeño, que estaba agotado.

Un ciclista, al sorprenderse por la carrera desesperada de los canes, logró acercarse a ellos y cortar el hilo de nailon. Antes los perros habían cruzado, unidos, la N-332. Hasta allí llegaron tras recorrer un camino rural de Jesús Pobre. Estuvieron a punto de ser atropellados. Tras liberarse del cordel que los atormentaba, los perros corrieron, extraviados, hacia Gata.