Los Pistones, que nada tienen que ver con La Ley, aunque estos son del mismo pueblo -Benejúzar- que nuestro «hombre del día», cantaban: « El pistolero ha llegado ya a la ciudad?/Su risa es tan falsa como el Judas aquel/su mirada la más fría que puedas conocer?/en su cintura hay más balas que en todo un arsenal/en su revólver más muescas que en la barra del bar/es el más sucio y rápido en disparar?» El «no abogado», aunque tampoco llegó a ejercer como tal, y que fue presentado como asesor jurídico, la ha vuelto a liar parda, porque ya se sabe que todo es susceptible de ser mejorado, incluso las «tontás» que hace la gente. ¡Válgame el Cristo del Santo Sepulcro!.

¡Cómo se ha puesto Miguel López, alcalde del «Menejusar», como diría Pepeluí Bernabé, «el abogado rokero»! ¡Y todo por una pistolica Tasser!. ¡Si llega a ser por un revólver Colt 45, de los que usaba John Wayne en las pelis de indios y americanos, una Walther P38 alemana usada en la Segunda Guerra Mundial o, ya que estamos en un país antes llamado España, unos revólveres Astra 960 o Llama, fabricados en Eibar, se lía la mundial! Y Vosotros os preguntaréis, ¿qué es una pistola Tasser? Pues, como yo tampoco lo sé, me voy al diccionario. Resulta que el arma de marras es conocida, también como «pistola eléctrica o de corriente», que, sobre todo, se utiliza para inmovilizar a los malos/quinquis/cacos/chorizos/mangantes. Los Mossos d'Escuadra catalanes fueron los primeros en usarlas y el segundo -¡lo digo sin ánimo de nada, que conste en acta!- fue nuestro «prota», exconcejal de la Policía Local benejucense y que, al parecer y según pide Miguel López que investigue la Fiscalía, se llevó -utilizando una palabra del argot cheli- a su kelly -casa, para los no iniciados en el mundillo barriobajero o del choriceo-, aunque se desconoce, por el momento, el uso que pretendía darle. ¿A qué quinqui pretendía inmovilizar? ¿Sería a alguno de sus muchos enemigos políticos, a los rojos de mala baba que le vilipendiaban cuando ejercía como cabeza visible de la autoridad en su pueblo? ¿Sería a esos que, malintencionadamente, le apodaron «el pequeño Nicolás? ¡Malandrines!.

Miguel, como sigas por el camino de la rectitud/legalidad y queriendo enterarte de «to» -en plan mojete/vieja del visillo/oliscón- el muchacho te va a poner dos velas negras y va a ser peor el remedio que la enfermedad. Resulta que la pistola en cuestión, de la que el «sagal» -actual concejal pepero en la oposición- dijo desconocer su situación, o sea dónde se encontraba, aunque luego, siempre según lo publicado, apareció por arte de magia -en plan Mago Tamarit- y devuelta por el propio Vicente Cases -según reza en el escrito fechado en julio pasado, dirigido a la Secretaria del Ayuntamiento de Benejúzar, y que me han filtrado- argumentando que se encontraba en el Ayuntamiento y que «según el mismo no la quería el concejal de Seguridad Ciudadana y por lo tanto se iba a proceder a su devolución». ¡Ñas, coca, como dicen en Elche, mi otro pueblo!.

La pregunta es fácil, siempre, eso sí, que se quiera hacer y siempre, claro está, que alguien quiera responderla. ¿Cómo devuelve la pistola si siempre había mantenido que desconocía dónde estaba/se encontraba?. Hay un refrán -yo soy muy refranero- que dice algo así como «explicación no pedida acusación manifiesta» o aquello que nos recuerda que «el hombre es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios», lo que podría traducirse en hechos (las palabras). ¡Macho, «por la boca muere el pez», y -un amigo mío apostillaría- por el culo las vacas». La cosas son como aquella leyenda urbana referida a los gitanos -que no tiene por qué ser verdad- «si no te la hacen a la entrada, te la hacen a la salida» y, al parecer, el «pequeño Nicolás» la hizo a la entrada, cuando se aseguró que era abogado, y a la salida, con el asunto de la «pistolica Tasser». « El pistolero ha llegado ya a la ciudad?».