Era una promoción muy atractiva. Una promotora empezó a construir en 2004 una finca de 27 viviendas en la céntrica calle Carlos Benimeli de Xàbia. Las familias adquirieron el piso sobre plano. Depositaron en una cuenta en el banco una media de 60.000 euros. Pero en 2008, en plena crisis del ladrillo, la promotora quebró. No terminó el edificio. Los compradores se quedaron sin el piso y sin el dinero adelantado.

Ahora seis familias que litigaron han logrado que el banco les devuelva esos 60.000 euros. Los ha representado el despacho de València Varona Abogados. Además, la entidad bancaria les ha tenido que pagar intereses que en algunos casos han llegado al 50%. Estas familias dejan atrás una pesadilla que les ha hecho perder el sueño muchas noches. Por fin, pueden olvidarse de esas viviendas en las que invirtieron unos ahorros que temieron no volver a recuperar nunca.

Estas sentencias han seguido la jurisprudencia que estableció en enero de 2015 el Tribunal Supremo. Le empezaron a llegar fallos que discrepaban. Marcó doctrina. Condenó a los bancos a devolver el dinero. Eludieron su responsabilidad de comprobar la existencia de aval o seguro en los anticipos que los compradores ingresaban en las cuentas de promotoras que luego quebraban y no entregaban la vivienda.

La finca de Carlos Benimeli pasó a pertenecer a un banco. El Ayuntamiento de Xàbia llegó a abrirle expediente de infracción urbanística dado que el edificio se hallaba en estado de abandono y se habían producido desprendimientos de cascotes de la cornisa a la calle.