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Los ladrones de cobre dejan a oscuras dos urbanizaciones de lujo de Xàbia

Los cacos huyeron precipitadamente y abandonaron bobinas con cables que habían saqueado

Chalés de la urbanización de Villes del Vent. a. p. f.

Los ladrones de cobre vuelven a la carga. Han saqueado el cableado del alumbrado público de dos urbanizaciones de lujo de Xàbia, Cansalades Park y Villes del Vent, que están en el linde del paraje protegido de la Granadella. Las calles de estos residenciales se han quedado a oscuras. Los cacos se llevaron el cobre en la madrugada del miércoles al jueves de la pasada semana. Huyeron a escape. Se dejaron, de hecho, bobinas de hilos que habían sacado de las canalizaciones eléctricas. Esa noche nadie descubrió el robo. A la mañana siguiente, los obreros que trabajan en los numerosos chalés que ahora se construyen en la ladera de Villes del Vent encontraron el estropicio. Los ladrones habían roto los candados de las cajas eléctricas y habían tirado del cableado. Luego los vecinos han advertido de que por las noches las calles de estas urbanizaciones están a oscuras.

Los responsables de la promotora que rescató Villes del Vent del abandono avisaron a la Policía Local del robo. Ayer indicaron a este diario que los ladrones se han llevado muchos metros de cableado. Corresponde al Ayuntamiento reponerlo. Este mismo año el consistorio terminó de recepcionar las obras de urbanización de este residencial de impresionantes chalés de lujo.

No es la primera vez que los ladrones de cobre actúan en Villes del Vent. Lo hicieron cuando la crisis dio al traste con el primer proyecto urbanístico (eran chalés más pequeños y las primeras licencias se otorgaron en 2005). La urbanización quedó abandonada. Y sufrió la rapiña de unos cacos que se llevaron hasta las tapas de las alcantarillas.

Luego llegó una promotora especializada en chalés de lujo y cambió la filosofía. Agrupó parcelas y levantó viviendas de arquitectura moderna y de más volumetría. La urbanización renació.

Ahora, tras el robo de cobre de la pasada semana, los trabajadores (hay numerosas obras en marcha) y los vecinos están ojo avizor. Llaman a la policía si detectan movimientos sospechosos.

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