La tarea de recuperar el patrimonio nunca se acaba. Xàbia ha logrado que la Autoridad Portuaria (depende del ministerio de Fomento) le ceda el faro del cabo de Sant Antoni. El ayuntamiento ya dispone incluso del proyecto de rehabilitación, redactado por la arquitecta Ulrike Wehr. Por primera vez desde que se encendió en 1855, el faro tendrá uso público. Será un centro de interpretación de la reserva marina y del Montgó. Pero los deberes no acaban aquí. El otro edificio que corona el acantilado, el del «Semáforo» (la estación electro-semafórica y de telégrafo que se puso en marcha en 1894), está abandonado. Pertenece a la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos. El consistorio ya le ha echado el ojo.
El alcalde, José Chulvi, le ha pedido al ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, que le eche una mano para conseguir que el ayuntamiento pueda utilizar el «Semáforo». Al pertenecer a una empresa estatal, la fórmula dista de la empleada (una concesión) para lograr el uso del faro. El consistorio le alquilaría a Correos y Telégrafos e incluso podría comprarle este inmueble, que está dentro del parque natural del Montgó.
Chulvi y Duque coincidieron en que la antigua estación telegráfica debe formar parte de un proyecto, el del centro de interpretación de la reserva marina y del Montgó, que abunda en la preservación del medio ambiente y que fomenta el turismo concienciado y sostenible.
Ambos comprobaron «in situ» el deterioro que sufre este robusto y bello edificio. Visitaron el faro y se asomaron al inmueble colindante. El munícipe indicó ayer que el «Semáforo» debe tener uso público. «Tiene que formar parte del proyecto del faro. Vamos a hacer gestiones con Correos para que así sea», avanzó.
La recuperación primero del faro y después del «Semáforo» alentarán un nuevo turismo. Ya suben cientos de visitantes al mirador del cabo de Sant Antoni. Desde fuera se maravillan de la sobria y armónica arquitectura de dos edificios que forman parte de la historia de las comunicaciones marítimas. Abrirlos al público impulsará el turismo cultural y medioambiental.
Lástima que se hayan perdido elementos con tanta historia como el imponente mástil en el que se izaban las banderas de señales marítimas. Con todo, pocos pueblos pueden presumir de conservar un faro (Xàbia tiene dos, éste y el del Cap de la Nau) y una estación electro-semafórica. Es un conjunto de superlativo valor patrimonial.
