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Plagas de la globalización

El cada vez más intenso movimiento de mercancías y personas a nivel internacional favorece la propagación de patologías agrícolas. La provincia ha detectado cinco nuevas en tres años, algunas de graves consecuencias

La Xylella fastidiosa está resultando la plaga más desastrosa, que ha provocado el arranque en la provincia de 51.000 almendros. juani ruz

Estamos en la era de la globalización, y eso se pone en evidencia en todos los aspectos de la vida. También, aunque parezca sorprendente, en la agricultura y las plagas que la afectan. Y es que el cada vez más intenso movimiento de mercancías y personas entre todos los países del mundo está favoreciendo el intercambio de patologías que atacan a los vegetales, algunas de las cuáles se encontraban en lugares más que remotos. La provincia de Alicante no está escapando a este fenómeno, y sólo en los últimos tres años se han detectado cinco nuevas plagas, varias de ellas muy dañinas, que afectan principalmente a los almendros y los cítricos. Cuestiones como el cambio climático también están favoreciendo la propagación.

La provincia ha venido lidiando hasta el momento con diversas plagas comunes que ya hace tiempo que se encuentra establecidas en este territorio. Según la información facilitada desde la Conselleria de Agricultura, las principales son la «ceratitis capilata» o mosca mediterránea de la fruta, presente en la zona de la Marina.

También hay que citar los áfidos y moscas blancas, plagas habituales en frutales como el caqui y los cítricos, así como la «tuta absoluta», un microlepidóptero que afecta fundamentalmente a las plantas del tomate. Otras plagas comunes en el caqui y los granados son las del cotonet y «cryptoblabes», un lepidóptero. El cotonet, por su parte, es un problema que va en aumento, pese al control biológico con depredadores y las intervenciones químicas.

Por último hay que citar al «rhynchophorus ferrugineus», más conocido como picudo rojo, que pese a que ya se encuentra instalado en los palmerales de la provincia desde hace años, en su momento se convirtió en un ejemplo de lo que es la propagación desde lugares remotos, toda vez que es originario del Asia tropical. La Conselleria continúa realizando actuaciones frente a esta plaga en los palmerales históricos, fundamentalmente el de Elche, donde hay instalada una red de trampeo para captura masiva con 5.000 trampas. También se realizan tratamientos fitosanitarios.

Hasta aquí las plagas más comunes, que en los últimos tres años, sin embargo, se han visto acompañadas por otras de nueva aparición, que se están cebando principalmente con los almendros y los cítricos.

Una bacteria que mata

La más destacada, por sus terribles consecuencias, está siendo la ya tristemente popular Xylella fastidiosa, una bacteria fitopatógena que mata directamente a los almendros y que no tiene cura. En la Comunidad Valenciana se detectó por primera vez en junio de 2017 en el Castell de Guadalest, y las medidas fitosanitarias establecidas por la Unión Europea están consistiendo en destruir las plantas que dan positivo y las situadas en un radio de cien metros alrededor, lo que ha provocado las quejas de los agricultores, que reclaman un plan de contención menos agresivo. La actual zona demarcada asciende a 138.680 hectáreas y comprende a 72 municipios de la provincia de Alicante y dos de la de Valencia. Hasta la fecha se han destruido 51.000 almendros en 2.075 parcelas y parte del sotobosque, al tiempo que se han tratado 1.015 hectáreas en 3.360 parcelas y zonas forestales frente a sus vectores potenciales, que son insectos de la familia de los afrofóridos. Se especula con que la xylella haya podido llegar desde las Baleares, aunque no está del todo claro.

La avispilla del almendro es otra de las plagas. Las hembras hacen la puesta sobre las almendras y las larvas pasan el invierno dentro del fruto desarrollándose. Eso propicia que cambie de color pasando de verde a gris oscuro y al final queda colgado del árbol con aspecto seco y momificado. En la provincia se ha detectado en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó, tratándose de una plaga que avanza muy rápido y que se ha extendido a este territorio desde Castilla La Mancha. El tratamiento más eficaz es la eliminación de las almendras que han quedado en el árbol y su destrucción, aunque también se aplican tratamientos químicos.

Otra patología que está causado problemas es la del trip del té, detectada a finales de 2016 en el término municipal de Cox. Actualmente está presente en varias parcelas de cítricos de Albatera, Cox, Granja de Rocamora, Orihuela y San Isidro, en la comarca de la Vega Baja. La zona de seguridad ocupa 2.940 hectáreas, de ellas 1.774 en parcelas de cultivos susceptibles, como los citados cítricos, además de granados, cebollas e invernaderos. Además de la creación de una red de trampeo, se han tratado a nivel fitosanitario 1.935 hectáreas y 1.852 parcelas, pese a que muchos agricultores son reacios a realizar tratamientos al no encontrar daños en sus campos, por lo que los tratamientos subsidiarios se han detenido por parte de la Conselleria.

También hay que citar el trip de la orquídea, originario de zonas tropicales y subtropicales, que afecta a todas las especies de cítricos, fundamentalmente el naranjo. Se desarrolla exclusivamente sobre los frutos, y se ha confirmado su presencia en la Marina Baixa y l'Alacantí. Se está trabajando en diferentes estrategias de control, aunque en principio se recomienda realizar tratamientos fitosanitarios con productos autorizados.

Por último, hay que hacer referencia a la cochinilla algodonosa de los cítricos, una cochinilla que se detectó por primera vez en Orihuela. Tras las prospecciones realizadas, se localizó en varias parcelas de naranjas, mandarinas y limones de Algorfa, Los Montesinos, San Miguel de Salinas, Torrevieja y la propia Orihuela. En los terrenos afectados no se han observado daños en frutos, pero sí abundante presencia de negrilla. Se recomiendan los tratamientos químicos en los periodos de máxima sensibilidad a los plaguicidas.

Inspecciones

El profesor de Protección de Cultivos de la Universidad Miguel Hernández, Pedro Guirao, no tiene dudas a la hora de señalar que la llegada de este tipo de plagas a la provincia de Alicante está relacionada directamente con «la globalización. Cada vez hay un mayor transporte tanto de mercancías como de personas entre los diferentes países del mundo, y eso tiene consecuencias. Nos llega fruta e incluso plantas de viveros de otros lugares que, si no vienen bien inspeccionadas, pueden transmitir plagas agrícolas que hasta el momento no se habían detectado en nuestro territorio».

Se trata de plagas, además, que habitualmente presentan dificultades a nivel de tratamiento. «Cuando se establecen resulta que no tienen enemigos naturales que las combatan, en una situación que se mantiene hasta que pasan unos años», enfatiza.

Otro de los factores que puede estar influyendo es el cambio climático, sobre la base de que el incremento de las temperaturas favorece el desarrollo de plagas que hasta la fecha sólo se encontraban en áreas tropicales. Con todo, Guirao también señala que «puede tener el efecto contrario, perjudicando a plagas que ya estaban en la provincia y que necesitan temperaturas más frías». El director general de Agricultura, Roger Llanes, coincide en que el movimiento de mercancías y de personas favorece la transmisión, aunque también destaca que «el sistema actual de vigilancia y los controles son mejores que los de hace 40 años, por lo que es más fácil detectar cualquier tipo de mercancía que llegue infectada».

También se refiere a la suavización de las temperaturas como un factor potencial, aunque sin dejar de lado aspectos como la propagación natural de unos territorios a otros. «La avispilla del almendro nos ha llegado desde Castilla La Mancha, aunque hay otras plagas europeas que todavía no están aquí y que previsiblemente acabarán llegando». La introducción de nuevos cultivos que no son los tradicionales de este territorio es otro factor a tener en cuenta.

Fuerte apuesta por los tratamientos naturales

La política actual para combatir las plagas se encamina cada vez más hacia los tratamientos naturales. Así lo señala el profesor Pedro Guirao, de la Universidad Miguel Hernández, quien afirma que se va tomando conciencia de la necesidad de eliminar residuos, algo a lo que también ayuda la normativa europea, que es muy estricta en lo que se refiere al uso de químicos. Hay plagas muy difíciles de tratar a nivel natural, como es el caso de la mosca de la fruta, pero a través de fórmulas bien equilibradas se puede reducir la intervención fitosanitaria con productos químicos».

El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, que tiene una de sus sedes en Elche, desempeña un papel fundamental en este aspecto. El director, Julián Bartual, señala que en la actualidad están trabajando principalmente en el control de plagas en granados e higueras, buscando «medidas respetuosas con el medio ambiente como el trampeo masivo a través de feromonas».

Se da la circunstancia de que algunas de las plagas tienen pocos productos fitosanitarios autorizados, por lo que el desarrollo de tratamientos naturales es una necesidad real.

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