La Marina Alta saca pecho con la pedra en sec, una técnica de construcción declarada Patrimonio de la Humanidad. Pero los paisajes de la piedra en seco necesitan que les echen una mano. Por muy recios que sean los márgenes, las lluvias y el tiempo acaban pasándoles factura. De ahí que sea imprescindible la labor de margenadors y picapedrers, dos oficios en trance de desaparecer.

Xaló ha celebrado el seminario «El paisatge de Pedra Seca: reptes y oportunitats de futur». Quedó claro que este patrimonio se ha convertido en un recurso turístico de primera. La nueva agricultura sostenible y el turismo rural y preocupado por la ecología casan perfectamente con la piedra en seco. Pero los trabajadores que deben restaurar los márgenes se enfrentan a unas duras condiciones laborales. En las jornadas, se puso de manifiesto que los margenadors y picapedrers están mal remunerados y no tienen garantizada la continuidad laboral. Además, no hay relevo generacional. No se les valora. Y son los últimos maestros de la pedra en sec.