El ferri Pinar del Río, construido en 1992 en el astillero Incat de Tasmania (Australia), ha resistido hasta el día de hoy los embates más terribles del temporal. Ha sufrido daños terribles, masivos y se encuentra practicamente hundido. Su popa está totalmente destruida.

En los dos días de intenso temporal, el mar ha arrancado pedazos de su parte de popa y de estribor, pero la estructura ha sobrevivido. Otro barco, en estas circunstancias de temporal extremo, estaría ya hecho añicos. El Pinar del Río ha resistido unos días pero ya está casi sumergido en el mar aunque se encuentra fuertemente amarrado a la escollera con cadenas y cables de acero.

El capitán marítimo de Alicante, Cayetano Pérez, ya explicó ayer que el ferri no se estaba hundiendo. Dijo que el viento lo sube a las piedras y que, aunque ha entrado agua en más compartimentos y se halla más sumergido, permanece fuertemente asentado sobre las rocas de la escollera. En la mañana de hoy, efectivamente, se observaba cómo el barco estaba incluso más enderezado. Sin embargo, su popa ha desaparecido. El temporal la ha destruido.

Cuando pase el temporal, Baleària, la propietaria del ferri, y Ardentia Marine, la empresa hispano-holandesa que debe retirarlo de la escollera, retomarán las labores para ir sacando a piezas este barco de 73 metros de eslora. Ahora lo sacarán a trozos. Sus días de navegación han acabado sobre el dique de Dénia. Se botó en Motevideo, realizó la conexión del Estrecho y ha pertenecido a las navieras Los Cipreses y Buquebús España, a la que se lo compró Baleària. Encalló en Dénia con 398 pasajeros a bordo, todos rescatados sanos y salvos, y ahí sigue, golpeado por un tremendo temporal.