El Ayuntamiento de Calp está hasta el gorro de encontrar los contenedores repletos hasta los topes e incluso desbordados con restos de poda. Hay vecinos incívicos que tiran aquí estos residuos pese a que está prohibido. Los contenedores de las urbanizaciones no son el punto en el que deshacerse de una basura que en Calp se genera a espuertas (hay muchos chalés).

De ahí que el consistorio anunciara ayer que amplia la vigilancia y control de los vertidos de podas y de materiales de obra. También ha detectado que surgen pequeños vertederos ilegales. Y quiere atajarlos a toda prisa.

Para evitar situaciones de insalubridad y también para mejorar la imagen del municipo, el gobierno local (PP y Ciudadanos) ha ordenado a la Policía Local que extreme la vigilancia de estos posibles desmanes. Si sorprende a algún vecino o trabajador arrojando este tipo de residuos, lo identificará y le pondrá la sanción correspondiente.

El consistorio ha recordado que los particulares pueden depositar los restos de jardinería en el punto blanco ubicado en la avenida del País Valencià. Mientras, los profesionales del sector deben llevar las podas a un vertedero autorizado.