Los turistas están enganchados a las calas. Buscan playas solitarias, pero eso ya no existe. El pasado fin de semana fue el primero de fuerte afluencia a las calas de rocas y cantos rodados. La Caleta o Cala Blanca de Xàbia (en la imagen) estaba el domingo a reventar de bañistas. Desde bien temprano, empezaron también a llegar turistas a la Granadella y la Barraca.

Saben que luego los vigilantes bajan la barrera y ya no se puede llegar en coche. Son visitantes de un día. Se suelen desplazar desde pueblos de València y Alicante, y ya vienen preparados con neveras y «tupperware».

Después del viaje, hay que aprovechar las calas al máximo. En Ambolo, la playa nudista clausurada por peligro de desprendimientos, también llegaron bañistas en tropel. Uno de ellos, de 30 años, sufrió un golpe de calor. A otro lo rescató la Cruz Roja tras sentirse indispuesto mientras iba en kayak. El verano en Ambolo está siendo accidentado.