Amigos, allegados y hasta la hija de Rita, la mujer belga de 57 años asesinada el lunes de madrugada por su compañero sentimental en Calp, sabían que «su vida era un infierno» y que hacía tiempo que «no podía más». Sin embargo, nadie, ninguna de esas personas, denunció el maltrato habitual y las vejaciones constantes que cesaron a las dos menos cuarto cuando Daniel Aloise Lawers la mató de una única cuchillada de trayectoria inequívocamente mortífera que le seccionó el corazón.

La subdelegada del Gobierno en Alicante, Araceli Poblador, fue ayer especialmente reivindicativa y clara con las consecuencias que el silencio tiene para las mujeres que sufren violencia de género y pidió que se denuncie siempre que se sepa que hay una mujer «aterrorizada».

Es la primera vez que un representante político lanza un mensaje tan claro al entorno de una víctima del machismo, uno de los que menos denuncia, ya que supone poco más del 1,5 de todas las denuncias a pesar de que es precisamente el núcleo de personas que conoce lo que está sucediendo y cuya intervención es una de las armas más eficaces para evitar muertes y agresiones, en general.

En los mismos términos se expresaron a este diario fuentes conocedoras del caso, que afirmaron que Daniel Aloise «la había aislado de todas sus amistades, incluso de su hija. De hecho, no se hablaban por culpa de él. Mucha gente a su alrededor sabía que era un maltratador y que ella vivía en una constante amargura, pero nadie alertó ni denunció».

Poblador encabezó ayer por la mañana el minuto de silencio guardado a las puertas del Instituto Social de la Marina en Alicante en repulsa por el asesinato de Rita Jeannine en Calp, donde residía desde hacía dos años y medio con su pareja, Daniel Aloise Lawers, de 61 y también de nacionalidad belga.

Tras revelar que las amistades de la víctima de Calp «sabían que ella estaba rodeada de un terror absoluto», la subdelegada insistió: «Si sabemos que una persona está aterrorizada, tenemos que ir y denunciarlo sin miedo. El miedo paraliza y las víctimas están a veces paralizadas por el miedo. Para eso estamos los demás, para ayudarlas», repitió.

Zapatos rojos contra el maltrato

Mientras zapatos de color rojo abandonados en la acera, carteles con el nombre de mujeres asesinadas en episodios de violencia machista y una pancarta con el lema «No más violencia de género. Ni una menos» servían para expresar la «enérgica repulsa» de la Subdelegación del Gobierno de Alicante, el detenido por el presunto asesinato se negaba a responder a las preguntas de los agentes del Equipo Mujer-Menor (Emume) de la Guardia Civil desplazados al hospital de Dénia.

En Calp, unas 300 personas participaron anoche en una concentración de repulsa por este crimen machista bajo el lema «Nos queremos vivas». La concentración fue convocada por Mujeres por la Igualdad de Calp y asistieron miembros del equipo de gobierno municipal, incluida la alcaldesa, y de la oposición, informa Alfons Padilla.

En València, además del minuto de silencio ante la Delegación del Gobierno encabezada por el delegado, Juan Carlos Fulgencio, hubo otro acto de repulsa, con tres minutos de silencio, a las puertas de las Cortes. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig; la vicepresidenta y consellera de Igualdad Mónica Oltra; el conseller de Vivienda, Rubén M. Dalmau, y otros miembros del Consell, diputados autonómicos y representantes políticos y sociales, entre ellos el alcalde de Alicante, Luis Barcala, lanzaron mensajes de rechazo a la violencia machista y de apoyo a las víctimas, y abogaron por profundos cambios educativos para instaurar el modelo de la igualdad. Sin embargo, los ultraderechistas de Vox aprovecharon de nuevo estos actos para significarse en su peculiar lucha por ningunear la violencia machista.

Con Rita, ya son seis las mujeres asesinadas este año en episodios de violencia machista en la Comunidad, cuatro de ellas en la provincia de Alicante y 34 en España.