La familia propietaria del restaurante Guacamayo Playa Dénia también conocido como Tenerer pidió ayer ayuda para localizar a su loro, Einstein, que fue robado por los ladrones que hace unos días desvalijaron su negocio de la playa.

Dominique, la hija de la familia explicó ayer que el loro de la especie Cola Roja, originaria de África, lleva con ellos más de 30 años. En esas fechas, Einstein vivía con una pareja de amigos de sus padres, pero uno de ellos enfermó y se lo regalaron a su madre. Eso sucedió en 1996. Desde entonces, el loro se ha convertido en uno más de la familia y del restaurante.

De hecho, todo el que entra puede ver su jaula, así como diversos canarios más que alegran -o perturban- una placentera comida junto al mar.

Su jaula, explicó Dominique, está abierta todo el día «por si el loro vuelve a su casa».

Tras el robo, la joven se ha recorrido todos los contenedores y papeleras de la zona «por si los ladrones lo dejaron tirado allí». Y recordó que Einstein es «muy especial para nosotros» y de hecho, «solo se deja tocar por mi madre» afirmó la joven.

En este sentido, aseguró que ni siquiera ella podía tocarle y se preguntó como pudieron cogerlo los amigos de lo ajeno que entraron en su local «sin que le haya picado».

Una de las hipótesis que manejan es que se lo llevaron envuelto en alguna tela o mantel ya que según explicó se encontraron el interior del local «con ropa y manteles por el suelo».

Con una expectativa de vida de 80 a 100 años, Einstein tiene unos 60 años y resulta difícil -comentó- saber la edad que puede tener ya que solo cuando son bebés «se reconoce».

La familia ha presentado una denuncia ante la Policía Nacional que ya investiga los hechos. Según explicó «giraron las cámaras» que tienen enfocadas a la entrada y «con una radial abrieron la puerta». De ahí, tras arrasar con las cajas registradoras accedieron al interior del local y a la caja fuerte que abrieron con unas palancas.

Los propietarios del restaurante reconocieron que el robo les ha afectado, pero sin duda, lo que peor les ha dejado ha sido que los amigos de lo ajeno se hayan llevado a su querida mascota. «No me puedo explicar como alguien se lleva un loro cuando ya ha cogido todo» manifestó con tristeza Dominique.