La Sección Séptima de la Audiencia Provincial, con sede en Elche, condenó ayer a los tres acusados de introducir el mayor alijo de cocaína en la provincia de Alicante, formado por casi cuatro toneladas de droga, a más de cinco años de prisión. En concreto, dos de los acusados deben cumplir una pena de cinco años y seis meses, mientras que en el caso del tercero se fijó la condena en cinco años y un día.

Pese a la gravedad de los hechos, ni siquiera hubo juicio, pues este, fijado para ayer, no se celebró al alcanzar antes de la sesión un acuerdo de conformidad entre las defensas y la Fiscalía, que redujo considerablemente las penas que pedía para los implicados, que superaban, en conjunto, los 33 años de cárcel. Se trata de una sentencia firme, en virtud de este acuerdo, por el que los condenados se comprometieron a no recurrir el fallo judicial.

El motivo de esta reducción pasa por la aplicación de un atenuante de dilaciones indebidas muy cualificada, debido al retraso del tribunal en celebrar el juicio, pues los hechos se produjeron hace ya seis años, en 2013. La única declaración ayer de los acusados fue para reconocer los hechos descritos en el escrito de acusación definitivo de la Fiscalía, que no modificó ni una coma los delitos y actos que se les imputaban, tan solo esa rebaja de la pena y también de la multa, que pasó de los 149 millones de euros, el valor de los estupefacientes incautados en el mercado, a los 75 millones, tal y como confirmó el abogado de uno de los condenados, Francisco Galiana.

Los hechos que reconocieron los condenados datan de febrero de 2013, cuando la Guardia Civil localizó la droga en una nave situada en la carretera de Dolores, en la pedanía ilicitana de Derramador. Allí localizaron 3.734 kilos de cocaína -4.105 con los envoltorios- que estaban camuflados en palés de pieles importados de Colombia. La droga era de gran pureza: 1.186 kilos de cocaína tenían una pureza media del 74,7 por ciento, otros 2.543 kilos una pureza del 74,5% y cinco kilos una pureza del 73,5%.

La investigación policial se inició unos meses antes, cuando los agentes localizaron estupefacientes en un envío que la empresa ilicitana realizó a una mercantil de Caudete. Los acusados traían la droga escondida en cajas de pieles importadas desde Colombia, después sacaban la droga y vendían las pieles, pero en una de esas ventas olvidaron sacar una pequeña cantidad de estupefacientes, lo que puso a la Policía en alerta.

Pinchazos telefónicos, seguimientos y otras diligencias llevaron a la Guardia Civil de Albacete a tener constancia de la llegada del alijo a la ciudad. Así, montaron un amplio dispositivo que culminó con la incautación de la droga y con la detención de los acusados, todos ellos encargados de la importación de las pieles y la venta de estupefacientes. A cambio de esta transacción, los empresarios iban a recibir 30 kilos de cocaína cada uno, como pago.

De esta forma, y en apenas cinco minutos, se dio carpetazo al caso más importante en cuanto al tráfico de estupefacientes de la provincia, después de que la sesión del pasado martes tuviera que suspenderse debido a que uno de los implicados tuvo que ser evacuado de urgencia a un hospital tras una indisposición.