Los vecinos que viven en los 35 adosados de la calle Pierre Boulez, en la urbanización de Balcón al Mar de Xàbia (está en el Cap de la Nau), ya temían que el acantilado que está detrás de sus casas les iba a dar un susto. Y ocurrió la noche del 22 de abril, la de las lluvias torrenciales que anegaron media Xàbia. Cayeron rocas de gran tamaño. Y se quedaron a centímetros de una vivienda en la que dormía una familia. Además, otro desprendimiento dejó en el aire la piscina de un chalé y sepultó la calle. Los vecinos, entre los que hay residentes de 80 años, quedaron aislados del mundo.

Esas precipitaciones fueron extraordinarias. Pero los vecinos atribuyen el derrumbe a otra causa. Sobre el acantilado se está construyendo un chalé de lujo que la promotora ha puesto a la venta por 2,5 millones de euros. Las casas de Balcón al Mar ya no son como antaño. Los primeros chalés, construidos hace 40 años (los adosados de Pierre Boulez, por ejemplo), no perforaban el subsuelo. Ahora, los nuevos chalés de lujo sí tienen sótanos y piscinas que obligan a realizar potentes excavaciones.

Una vecina que es ingeniera y cuenta con más de 30 años de ejercicio profesional (los últimos se encargó de la seguridad técnica de los diseños de plataformas petrolíferas de Noruega) ya se echó las manos a la cabeza cuando la maquinaria pesada empezó a martillear la cima del acantilado. Eso fue en febrero. Esta residente ha relatado a INFORMACIÓN que su vivienda vibraba y los cuadros se caían al suelo. Ya entonces presentó escritos en el ayuntamiento en los que advertía de que se estaba debilitando el talud y de que podrían ocurrir derrumbes que sepultaran las casas que están debajo del acantilado.

Esta vecina se quedó de piedra cuando avisó a un técnico municipal de que el nuevo chalé podía venirse abajo y éste le dijo que no sería el primero que acaba en el mar. «Le contesté que no caería al mar, sino sobre viviendas en las que llegamos a vivir más de cien personas».

El derrumbe del 22 de abril confirmó que el acantilado era inestable. La residente ha vuelto a exigir al ayuntamiento que tome medidas urgentes para garantizar la seguridad de los vecinos. Pide la paralización «total e inmediata» de las obras del chalé de lujo. La perforación para el sótano alcanza los 8 metros y se ha hecho al borde del acantilado. Esta ingeniera está convencida de que la estructura del talud está debilitada. Avisa también de que la zona es de riesgo sísmico. De ahí que solicite que se encargue a una empresa independiente y especializada en estabilidad de suelos y taludes un estudio sobre el acantilado.

Advierte también de que el derrumbe de este talud desparramaría una ingente cantidad de piedras y tierra que sepultaría las casas y provocaría «una tragedia de proporciones insospechadas».