El Consell ha tumbado la zona 14 del plan eólico tras el fuerte rechazo vecinal generado por el proyecto de tres parques de aerogeneradores en la provincia de Alicante por su impacto en el medio ambiente. La Generalitat recibió durante el periodo de tramitación pública 30.352 alegaciones en contra de vecinos, asociaciones ecologistas y ayuntamientos (entre otros). El proyecto afectaba directamente a nueve municipios e indirectamente a otros cuatro (entre ellos Cocentaina y Muro), y despertó el rechazo del Síndic de Greuges. La secretaria autonómica de Economía, Blanca Marín, confirmó que la empresa concesionaria (la filial de ACS «Energía y Recursos Ambientales») ha perdido todos sus derechos y ya no se van a poder construir los tres parques eólicos.
El Consell está revisando todas las zonas del plan eólico inactivas dentro de su política de impulso a las energías renovables. Sin embargo, en la zona 14 ha decidido revocar definitivamente los permisos por la oposición vecinal por el impacto del proyecto en la fauna avícola ya que los parques se proyectaron en un área de especial valor ecológico de la comarca de El Comtat.
La Generalitat ha tenido en cuenta las posturas de los ayuntamientos alicantinos de Alcoleja, Almudaina, Balones, Castell de Castells, Cocentaina, Facheca, Famorca, Benillup, Planes, Tollos, Millena, Muro y Quatretondeta. Varias organizaciones ecologistas lideraron el amplio rechazo vecinal a los parques eólicos cancelados. La Coordinadora d'Estudis Eólics del Comtat denunció que dentro de la superficie de la zona 14 de plan eólico hay lugares calificados como no aptos para instalar aerogeneradores ya que son parques naturales, reservas de caza o Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
El acuerdo del Consell por el que se aprobó el plan eólico valenciano en 2001 dividió la Comunitat Valenciana en zonas «no aptas», «aptas» y «aptas con cumplimiento de restricciones». La mayor parte de los emplazamientos seleccionados para instalar los 67 parques previstos formaban parte del tercer grupo. Solo los proyectos de la zonas 10 y 12, correspondientes a Ayora y Cofrentes, figuran en verde en el mapa eólico. En el caso de la zona 14, la elección de las zonas que finalmente iban a albergar los aerogeneradores fue lo que, a juicio de los vecinos, dejó al plan fuera de las previsiones iniciales por su impacto en el medio ambiente.
Los tres parques eólicos rechazados son los denominados «Loma Redonda», «Tossal del Rei» y «Alfaro», y se iban a construir en terrenos de los términos municipales de Millena, Almudaina, Balones, Planes, Benimassot, Facheca, Famorca, Tollos y Castell de Castell. El Consell basa formalmente su decisión en que la empresa concesionaria no ha depositado los avales para ejecutarlos y en que no se ha construido la red de evacuación de la electricidad generada. «La infraestructura de evacuación de la energía de los parques de la zona 14 del plan eólico de la Comunitat Valenciana se proyectaba sobre una subestación a construir en Cocentaina, abriendo la línea de 220 kilovatios (kV) entre Alzira y Xixona. Esta instalación no se encuentra incluida en la planificación energética del Plan de Desarrollo de la Red de Energía Eléctrica 2015-2020» por lo que el proyecto de construcción de los aerogeneradores es inviable, según recoge la resolución de la Conselleria de Economía.
Blanca Marín subrayó que «no se va a construir nada porque la empresa ni ha cumplido con la tramitación ni han presentado el aval y ni siquiera existe una línea de energía para dar salida a la energía».
Tres plantas con cuarenta megavatios de potencia
El proyecto de Energía y Recursos Ambientales preveía la instalación de tres parques de aerogeneradores en la zona norte de Alicante con una potencia total de cuarenta megavatios. La promotora era una filial de ACS que fue absorbida hace cinco años por Cobra Concesiones (otra empresa de la constructora que preside Florentino Pérez). La oposición de los ecologistas y de los vecinos se basó desde un primer momento en que no hay viento suficiente en la zona, el impacto ambiental «gravísimo e irreversible» en un área de gran valor ecológico y forestal, y el perjuicio a la actividad de turismo rural que se desarrolla en esos municipios.
