Ya lo hacían en cuanto a la calidad de la fruta, pero ahora también en lo que respecta al poder de atracción. Los cerezos de la provincia de Alicante le están plantando cara a los del Valle del Jerte en materia turística. El fugaz pero a la vez impactante espectáculo de la floración propicia que sean cada vez más los visitantes tanto españoles como extranjeros que llenan los hoteles y restaurantes de las comarcas del interior norte alicantino en esta época. Un fenómeno que supone un escaparate excepcional para los pueblos de estas zonas rurales y que además supone una importante inyección económica.
La temporada del cerezo en flor del valle extremeño del Jerte es una cita que desde hace ya mucho tiempo atrae a una gran cantidad de visitantes, aprovechando sobre todo la cercanía de Madrid. Sin embargo, y pese a que el espectáculo es igual de impresionante en el caso de las comarcas del interior norte de la provincia de Alicante, el turismo había sido hasta hace poco bastante minoritario.
La situación, afortunadamente, ha empezado a cambiar en los últimos años, y cada vez son más los turistas que no se quieren perder este momento en que el paisaje se viste de un hermoso manto blanco.
El presidente de la Denominación de Origen Cerezas Montaña de Alicante, Hilario Calabuig, confirma esta percepción, señalando que «pese a que aquí contamos con la competencia de la playa, es una evidencia que la floración esta atrayendo cada vez a un mayor número de visitantes. El año pasado la asistencia la verdad es que fue masiva, porque la floración coincidió con la Semana Santa, pero en esta ocasión también se ha registrado un gran ambiente en el reciente puente de San José, y para este fin de semana las perspectivas son igualmente muy buenas».
Los cerezos están situados sobre todo en las comarcas de la Marina Alta, El Comtat y el Alto Vinalopó, si bien los puntos que centran una mayor atención por parte de los visitantes son zonas como los valles de Gallinera, Alcalà y Laguar, y también las inmediaciones de Planes y Almudaina, por la extraordinaria belleza de los paisajes abancalados y pegados a las montañas.
Teniendo en cuenta la diferencia de altitud y también las variedades, la floración se adelanta más en algunos enclaves que en otros. Así, este espectáculo visual se prolonga durante tres fines de semana que arrancaron en el pasado puente de San José, y que continuarán en el actual y el próximo, ya en los puntos más elevados.
Y es que los visitantes son sobre todo de fin de semana, cuando hoteles, bares y restaurantes llegan a colgar el cartel de completo en muchos casos. Un ejemplo de ello es Casa Gallinera, en Benissivà. Uno de sus responsables, Javier Alpuente, destacaba que ellos llenaron tanto la semana pasada como esta. «La floración -enfatiza- atrae a mucha gente, y estos fines de semana son de mucha actividad. Vienen cautivados por la belleza de los paisajes, y al mismo tiempo aprovechan para conocer nuestras poblaciones, costumbres y gastronomía. Se trata de un escaparate espléndido para nosotros que hay que saber aprovechar».
En cuanto a la procedencia de los visitantes, Alpuente señala que llegan «de casi toda España, aunque son habituales los madrileños, vascos y catalanes. También extranjeros de países como Francia o Inglaterra, muchos de ellos residentes en la costa y que aprovechan este momento para desplazarse al interior».
El alcalde de la Vall d'Alcalà, a su vez responsable del hotel La Font d'Alcalà, Pablo Martínez, indica que «estamos intentando promocionar el agroturismo con diversas acciones, porque pensamos que puede tener un gran futuro y aportar ingresos económicos a los habitantes de estas zonas rurales».
Excursiones
En el caso de la floración de los cerezos, señala que «organizamos excursiones y visitas guiadas tando de adultos como de escolares. Van acompañados de agricultores, que les muestran tanto el espectáculo de las flores como la forma en que se trabaja la tierra».
El tipo de público que visita estos enclaves en esta época del año «es de todo tipo. Desde familias a parejas, pasando por grupos organizados. Insisto en que el agroturismo tiene posibilidades, y que hay futuro si se hacen bien las cosas».
Una campaña incierta a causa de la prolongada sequía
La campaña de cerezas de este año se presenta incierta como consecuencia de la prolongada sequía. Así lo ha manifestado a este diario el presidente de la Denominación de Origen Cerezas Montaña de Alicante, Hilario Calabuig, quien destaca que el potencial productor de los campos de la provincia se sitúa alrededor de los cuatro millones de kilos.
Calabuig subraya que la floración se ha adelantado este año unos diez días, y que de momento «está resultando excepcional. También estamos viendo muchas abejas, por lo que la polinización para el cuajado de la fruta parece asegurado».
El problema radica en la sequía. «Hace mucho tiempo que no llueve, por lo que nos podemos encontrar con una gran cantidad de cerezas pero de pequeño calibre. En cualquier caso, confiemos en que las precipitaciones lleguen en abril, que es un mes propicio para ello».
Con todos estos condicionantes, resulta complicado a estas alturas ofrecer una estimación de cosecha. «Hablamos de un cultivo muy delicado al que le pueden influir muchas cosas. Esperemos que al final todo confluya y asistamos a una buena campaña», confía Calabuig.
Lo que sí parece asegurado es que las cerezas alicantinas van a ser de las primeras en salir al mercado, gracias precisamente al adelanto de la floración. Según el presidente de la denominación de origen, «esto nos garantizaría mejores precios al principio. Siempre es un factor positivo a tener en cuenta».
Está previsto que la recolección se inicie alrededor del 20 de abril en las variedades más tempranas.
