El Pego megalómano que soñó Carlos Pascual, quien fue alcalde entre 1995 y 2003 y luego pasó siete años en la cárcel para cumplir una condena por delito contra el medio ambiente, desaparece. «Barret», que es el apodo de Pascual, construyó grandes fuentes ornamentales. Quería que Pego presumiera de riqueza hídrica.

Una de esas fuentes, la de la rotonda de entrada al pueblo, salió rana. Apenas funcionó. Y hace dos años un tráiler (era de una empresa de Hamburgo) se empotró en la fuente y la destrozó. Ahora el ayuntamiento está demoliendo esa ruina que afeaba la entrada a Pego. Las obras suben a 12.659 euros. Se acabarán en un mes. El consistorio ha contratado a una empresa local. La piqueta acabará con la fallida fuente. El actual alcalde, Enrique Moll, del PSPV, visitó ayer las obras, que avanzan a buen ritmo.