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Más chalés en el abarrotado litoral de la Barraca de Xàbia

Los promotores de viviendas de lujo se las arreglan para rebañar las últimas parcelas que por sus fuertes pendientes obligan a complejas soluciones constructivas

Ladera del litoral de la cala de la Barraca repleta de chalés. a. p. f.

En la Barraca de Xàbia no hay parar. Parece que ya no queda ni un resquicio de suelo. Este tramo litoral, que se asoma a la cala de moda de la Barraca y a l'Illa del Portitxol, está abarrotado de chalés de lujo. En los últimos años, se han construido viviendas que superan con mucho el millón de euros. Las promotoras que se dedican a este rentable segmento de las viviendas más exclusivas se han hecho con parcelas con fuertes pendientes y colgadas de un acantilado de margas (y bastante inestable) en el que hay que realizar complejas y potentes cimentaciones.

Pero nada frena el negocio de los chalés de lujo. Ni siquiera la ya evidente falta de suelo. No se ve ni un hueco. Pero las promotoras todavía se las ingenian para rebañar las últimas parcelas. Ahora mismo se están construyendo cinco nuevas casas y menudean los carteles que anuncian nuevas obras.

Las empresas también se hacen sitio. Compran chalés ya viejos (tienen 30 ó 40 años, pero el urbanismo caduca aprisa), los demuelen y levantan nuevas y modernas viviendas. El estilo de líneas rectas, grandes cristaleras y muros blancos se ha impuesto en Xàbia. Amenaza con borrar esa arquitectura de porches de arcos de piedra tosca que emulaban los riuraus y de cubiertas de teja que fue marca de la casa en los años del despertar del turismo.

Uno de los nuevos chalés que se ha empezado a edificar ahora en la Barraca gana espacio con una estructura colgada. Las vigas sobresalen del acantilado. Se abren como en abanico. Ya se intuye que el arquitecto ha dispuesto una terraza suspendida en el aire. Las pendientes obligan a adoptar complejas soluciones constructivas.

Este tramo de la Barraca linda con dos parajes naturales protegidos. Al norte, está el Portitxol y, al sur, la Falzia. Entremedias, ha quedado lo que en su día fue el plan parcial Mar Azul. Se construyeron chalés a trote y moche. Y las infraestructuras urbanísticas no se terminaron. Los calles tienen el firme hecho trizas. Y eso que en verano bajan por el vial principal cientos de coches de turistas que acuden a la cala. No hay ni un metro de acera. El alcantarillado también es muy precario. Las casas están conectadas a una estación depuradora que ya no da abasto.

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