Medio pueblo sin alcantarillado. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), organismo que depende del ministerio de Medio Ambiente, quiera atar en corto a Xàbia. Ya no autorizará que se construyan más chalés que arrojen sus aguas fecales a una fosa séptica, solución adoptada en el municipio ad náuseam. Exige al ayuntamiento que se moje, que dé plazos concretos sobre el enganche a la red de saneamiento de las miles de casas que tiran las aguas residuales a depósitos estancos.

La CHJ reclama al consistorio un «cronograma» de la conexión de todas esas viviendas al alcantarillado, un informe sobre las posibles soluciones y una estimación actualizada de las casas enganchadas a la red de saneamiento y las que no lo están. Pide estos datos para emitir un informe al nuevo Plan Estructural de Xàbia.

Eso sí, este organismo ya maneja unos números de 2007 que hoy, después de la construcción de cientos de nuevas casas, están pelín desfasados. Con todo, reflejan bien a las claras la magnitud de un problema de posible contaminación del subsuelo ante el que la Unión Europea se echa las manos a la cabeza.

En ese momento, se estimaba que Xàbia tenía 11.559 viviendas conectadas a la depuradora municipal de aguas residuales. Otras 1.431 tenían depuradora propia, de las que 462 vertían sin autorización a cauces los residuos fecales supuestamente ya tratados. Y 10.310 casas no estaban conectadas al alcantarillado. La CHJ «desconoce» el sistema de depuración de esas viviendas sin red de saneamiento. Casi medio pueblo (y a menudo son las zonas ecológicamente más sensibles) tira de la cadena sin que las aguas fecales entren en el circuito de depuración.

El organismo ministerial también insta al ayuntamiento a reservar en el Plan Estructural suelo para ampliar la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales). Da servicio a una población de 24.044 habitantes. Xàbia tiene 27.224 vecinos empadronados. Pero, en realidad, hay muchos más habitantes. En verano se superan los 100.000. La depuradora no da más de sí.

La CHJ advierte que sí permitirá depósitos estancos en «núcleos urbanos o núcleos diseminados». Pero le carga el muerto al ayuntamiento. Debe presentar un certificado de impermeabilidad y un contrato de vaciado de esas fosas.

Así las cosas, esté organismo cuestiona el crecimiento urbanístico de Xàbia. Considera que, antes que nada, hay que ampliar la EDAR. Y también urge a conectar al alcantarillado esas miles de casas que en pleno siglo XXI mantienen contaminantes fosas sépticas. El nuevo Plan Estructural debe dar la solución.