Novecientos años separan a la Dénia de hoy de la Daniya de época almohade. Esa es la distancia en el tiempo. La física son 32 centímetros. La medina está a menos de dos palmos bajo tierra. Las obras del gas que lleva a cabo Redexis sacaron el lunes a la luz en la calle Pare Pere un tramo de la muralla del siglo XII. El hallazgo no se hizo esperar. Fue empezar a abrir la zanja y dar, a la media hora, con un potente lienzo de un metro y 70 centímetros de ancho. En Dénia, la historia está a flor de piel.
La arqueóloga Silvia Ruiz Server, que hace el seguimiento de estas obras del gas, constató que la muralla era islámica. Ayer excavó metro y medio de profundidad hasta llegar a la roca madre. El lienzo, de tapial reforzado con piedras de mampostería, era tan robusto que sus cimientos han resistido expansiones urbanas y terribles asedios. Silvia Ruiz también ha hallado un candil de pitera datado igualmente en el siglo XII.
Mientras, Miquel Ortolà, del Servicio de Arqueología de Dénia, analizó la planimetría actual y la cartografía histórica. Constató junto al director del Museu de Dénia y arqueólogo, Josep A. Gisbert, que la sección de muralla que ha salido a la luz corresponde a la fortificación que se levantó en el periodo almohade y que sobrevivió en época cristiana. De hecho, no se demolió hasta mediados del siglo XIX.
Antes hubo otra muralla, la de la taifa fundada en el siglo XI por Muyahid. Estaba unos 20 metros más al este. Estas obras del gas, dado que no han hecho más que comenzar, pueden deparar nuevos descubrimientos. Ya se sabe que el subsuelo de Dénia es un inmenso yacimiento arqueológico.
Silvia Ruiz vigila cada nuevo segmento que se abre de zanja. Mientras, Gisbert reivindicó ayer una «excavación integral» de un área urbana (la de Pare Pere, Carrer Major y las plazas Válgame Dios y Tenor Cortis) en el que también se van a llevar a cabo en los próximos meses obras de reurbanización. En Válgame Dios, extramuros de la medina, se descubrió hace unos años un gran cementerio (maqbara) en el que se enterró a poetas, sabios y gobernantes de la taifa del siglo XI. Gisbert también destacó que las calles Loreto, Major o Cavallers mantienen fosilizada la trama urbana de hace mil años.
El tramo de muralla ahora desenterrado es la constatación arqueológica de las investigaciones que el arqueólogo de Dénia lleva a cabo sobre planos tan reveladores como el datado en 1707 y que utilizaron las tropas borbónicas durante el brutal sitio a la ciudad en la guerra de sucesión. Se distinguen perfectamente las dos murallas, la de la taifa del siglo XI y la posterior almohade. También aparece la Bab-Undara (la puerta de Ondara).
La cartografía y la arqueología permiten reconstruir esa Dénia milenaria que está a dos palmos bajo tierra.
