A pesar de que el actual convenio de hostelería estableció por primera vez la obligación de equiparar los salarios del convenio a los trabajadores subcontratados por otras empresas para prestar servicios propios de los hoteles, lo cierto es que esta externalización sigue siendo el «hecha la ley, hecha la trampa» que utilizan muchos empresarios para pagar menos a sus trabajadores. El colectivo de las camareras de pisos, que emplea a unas 4.000 mujeres en la provincia, es uno de los más afectados por esta práctica. Colectivos como el de Las Kellys han denunciado que la subcontratación genera entre iguales trabajadoras una brecha salarial de hasta el 40% .