Un vecino es un tesoro. La Marina Alta ha recuperado 2.499 habitantes. Pero diez de sus municipios han perdido población. Benissa lidera sorprendentemente el desplome demográfico. Ha perdido en un año 111 vecinos. Se mantiene con 10.768 habitantes como el cuarto municipio más poblado de la comarca. Pero ya le pisa los talones Teulada-Moraira, que ha recuperado 625 vecinos y ahora tiene 10.722.

Benissa y Els Poblets (este pueblo ha perdido 62 vecinos) son los únicos dos municipios del litoral de la Marina Alta que se desinflan. La costa atrae habitantes. Los ayuntamientos han sabido darle la vuelta al bajón demográfico que ocasionaron la crisis y la renuencia de los residentes extranjeros a empadronarse. Calp ha sumado en un año 829 nuevos habitantes. Remonta hasta los 21.633 y deja atrás la amenaza de quedarse por debajo de los 20.000. Mientras, Dénia se sitúa en 41.733 vecinos (165 son nuevos) y Xàbia en 27.224 (un aumento de 164 habitantes).

Con todo, el pueblo que en términos porcentuales más crece es Llíber. Ha aumentado su padrón en un 10,5 %. Ha pasado de contar con 951 habitantes en 2017 a subir a 1.051.

Los municipios que no consiguen esquivar el drama de la despoblación son la Vall d'Alcalà, que pierde cuatro vecinos (ahora tiene 164); la Vall d'Ebo, que se deja ocho (224); la Vall de Gallinera, baja en cinco habitantes (ahora 589), y la Vall de Laguar, que también pierde cinco (820). Es evidente que no hay reemplazo poblacional. Fallecen más habitantes de los que nacen. Estos pueblos tienen cada vez menos niños y familias jóvenes. Sí atraen turismo de un día y de fin de semana. Pero el encanto de la ruralidad y la montaña no es suficiente para frenar el goteo de pérdida de vecinos.

También en el interior pierden habitantes l'Atzúbia, que baja en tres y ahora tiene 661; Castell de Castells, desciende en un vecino (435), y Parcent, que se deja 57 habitantes y su padrón cae a los 908 vecinos.