El Ayuntamiento de Xàbia ya tiene vía libre para llevar a cabo una demolición histórica. Significará borrar 20 años de una anomalía urbanística. En 1999, el propietario de un suelo situado en un tramo protegido del acantilado de Ambolo empezó a construirse un chalé. Desoyó las órdenes de paralización municipales. Sabía que el ayuntamiento había declarado la caducidad de una licencia de obras que era anterior a la aprobación en 1990 del Plan General de Ordenación Urbana de Xàbia (ese documento calificaba estos terrenos como zona verde). Y también era consciente de que estaba en marcha el expediente para expropiarle un suelo de gran valor natural y paisajístico. Pero el dueño tiró adelante con las obras. Las acabó en 2002. Y, al tiempo, recurrió a todas las instancias judiciales posibles para intentar salvar la casa de la piqueta (ganó tiempo, eso sí). El Tribunal Supremo ya sentenció en mayo de 2003 que las obras eran ilegales.

Con todo, el propietario todavía ha intentado ahora una nueva y desesperada maniobra. Solicitó al ayuntamiento una modificación puntual del plan general para transformar su parcela de 862 metros cuadrados (está justo en medio de una gran zona verde) en suelo urbano residencial extensivo, que era la calificación que toda esta franja del acantilado tenía antes de 1990. El pleno ha rechazado esa pretensión. La concejala de Urbanismo, Isabel Bolufer, ha indicado a este diario que las modificaciones del Plan General deben responder a un interés general y, en este caso, ocurre todo lo contrario. Era imposible que el consistorio legalizara una construcción contra la que lleva años pleiteando (y ganando).

Además, el ayuntamiento incluso ha culminado ya la expropiación y ha abonado los 325.213 euros en la que la valoró el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. Ese fue el último litigio. El dueño pedía 1.383.000 euros. Consideraba que se le debía pagar no solo el terreno sino también el chalé. Mientras, el consistorio alegó que el propietario sabía de sobra cuando inició las obras que estaba en marcha la caducidad de la licencia y el expediente de expropiación. También sostuvo que el terreno no tiene servicios urbanísticos (alcantarillado o alumbrado) y no puede considerarse urbano.

El TSJ cuantificó la expropiación en 325.213 euros. Consideró que el dueño construyó el chalé a su riesgo y ventura y no se le debía indemnizar por él.

La piqueta pondrá fin en 2019 (el consistorio debe tomar antes posesión del chalé) a un conflicto urbanístico histórico. Xàbia recuperará un trozo protegido de acantilado. Rescata un tesoro paisajístico.

Una sentencia de 1996 pionera en preservar el paisaje

El chalé se construyó en 862 metros cuadrados de una amplia zona verde que el Ayuntamiento de Xàbia salvó de la construcción al acudir en los años 90 al Tribunal Supremo. El Alto Tribunal emitió en 1996 una sentencia pionera en la salvaguarda del paisaje. Garantizaba que esos terrenos se protegieran para siempre por su «condición innata de belleza natural».

El juez sostuvo que el interés general de disfrutar de unas vistas extraordinarias prevalecía sobre el particular de construirse una casa. Esa sentencia no entraba en el terreno en el que se empezó a construir tres años después la casa que ahora se demolerá. El promotor y propietario, al tiempo que compró el suelo, también adquirió una licencia de obras anterior al PGOU de 1990.