El alcalde de Calp y presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, del PP, sabe que las facturas con reparos las carga el diablo. Ayer llegó «puntualmente» tarde al pleno en el que su ayuntamiento aprobó las seis facturas, todas ellas de 22.043 euros (en total 132.258 euros), que se le debían a la Cruz Roja por el servicio de transporte sanitario urgente. Votaron a favor el gobierno local (PP e independientes) y Compromís. Sí se Puede se abstuvo y el PSPV votó en contra. En el anterior pleno, cuando la oposición se negó a dar el «sí» ante los reparos del interventor municipal, el gobierno local (tampoco estaba en la votación el alcalde) reculó. Quedó patente que un servicio vital para el pueblo, el que presta durante las 24 horas del día la Cruz Roja, estaba en el alambre. Peligraba.

Las pegas que ponía el interventor no eran cosa de broma. Advertía de que la contratación carecía de expediente y era irregular, que «presumiblemente» se fraccionaban los pagos y que el gasto atañe a un servicio que no es competencia municipal. Por menos a más de un político le ha caído una imputación. De ahí que César Sánchez no quisiera pillarse los dedos.

El alcalde sí estaba ya en el pleno cuando se aprobó el convenio (todos los grupos votaron a favor) que salva el transporte sanitario en Calp. Se regulariza tras años el pago de facturas supuestamente fraccionadas. La solución es un convenio por el que el ayuntamiento abonará a la Cruz Roja anualmente 270.375 euros. Es por cuatro años. Y entrará en vigor el próximo 1 de enero. Pero está un poco en el aire. De hecho, el interventor también ha formulado un reparo al entender que el objeto de las prestaciones, el transporte sanitario de urgencia, obliga a iniciar un expediente de contrato administrativo (por la cuantía, sería necesario convocar un concurso). El consistorio ha salvado ese contratiempo pidiendo un informe sobre la idoneidad del convenio al Consell Jurídic Consultiu. También ha pedido otro dictamen a la Generalitat Valenciana, que debe pronunciarse sobre si hay duplicidad entre el servicio que presta la Cruz Roja y el de la ambulancia asistencial de Soporte Vital Básico (SVB) que la conselleria de Sanitat tiene en Calp.

Sea como fuere, el acuerdo con la asamblea local de la ONG salva 16 empleos y garantiza que los vecinos puedan llamar a una ambulancia. Este municipio no es el mejor comunicado del mundo. El hospital comarcal de Marina Salud en Dénia queda a un buen trecho. Calp sí tiene una ambulancia de SVB que funciona durante las 24 horas del día, mientras que el servicio del SAMU está en Benissa y el Transporte Programado (TNA) llega desde Dénia. Son dotaciones insuficientes. Si la ambulancia SVB transporta un enfermo al hospital de referencia, que es el de Dénia, el pueblo se queda sin transporte sanitario. Y Calp supera en verano los 100.000 habitantes y la mitad de la población vive en urbanizaciones (lejos del centro de salud). Por tanto, el servicio de ambulancia que ha venido prestando la Cruz Roja es vital.