El negocio de los hoteles no tiene techo en Calp. Hay sitio para grandes torres de 30 plantas y más y para proyectos más modestos. Y si no hay sitio, se crea. Ese furor hotelero ha llegado ahora a un lugar insospechado, el acantilado de la playa del Borumbot. En primera línea, en un terreno pegado a la senda litoral que va sobre el acantilado, ya se han iniciado las obras para levantar un nuevo hotel que, según ha podido saber este diario, será de cuatro estrellas superior.
Inversores rusos compraron dos chales de primera línea. El precio superó con creces el millón de euros. Los demolieron. La empresa local Excavaciones Calpe ha perforado un considerables agujero. Ahora está realizando los trabajos de cimentación.
El emplazamiento es magnífico. El hotel se edifica en primerísima línea y en una atalaya desde la que se domina el tramo del litoral calpino que va del Penyal d'Ifac al Morro de Toix. Los clientes abrirán la puerta, bajarán unas escaleras y se plantarán en la playa del Borumbot. El centro urbano queda a un paso. El hotel tendrá dos plantas y veinte habitaciones. Aquí no se pueden levantar más alturas. También contará con dos plantas subterráneas, que se destinarán a aparcamiento. La zona del Borumbot, de viales estrechos, va muy escasa de estacionamiento.
Las obras provocan suspicacias entre los vecinos. Este diario pulsó ayer la opinión de propietarios de chalés de esta zona, que subrayaron que esta partida siempre ha sido residencial y no cuenta con infraestructuras adecuadas para hoteles. Subrayaron que los viales son estrechos y no están preparados para el trasiego de coches de un negocio de alojamiento que, aunque tenga pocas habitaciones, va a provocar un incremento de tráfico.
Los mismos vecinos citados insistieron en que este negocio pone patas arriba la tipología tradicional del Borumbot. Aludieron a que en las fotos antiguas de Calp se ven aquí los primeros chalés que se construyeron en el municipio. «Es una zona históricamente residencial y no de hoteles. Los viales son estrechos y no hay posibilidad de ampliarlos. El ayuntamiento no lo ha tenido en cuenta a la hora de dar la licencia», advirtieron.
Los inversores, es evidente, quieren que su negocio se diferencie de los gigantes hoteleros de Calp. El punto fuerte es el paisaje. Las habitaciones, encaramadas en el acantilado, se asomarán directamente al mar.