Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Casa del Cable de Xàbia recupera los antiguos equipos de telegrafía

Fue la primera estación que unió en 1860 con un cable submarino de 111,3 kilómetros la península y las Baleares

La Casa del Cable de Xàbia recupera los antiguos equipos de telegrafía

Ya nadie utiliza la expresión «poner un cable». Aludía a enviar un mensaje de telégrafo. Y la telegrafía, en el siglo XIX, era tecnología punta. Hoy, en la era de la hiperconectividad, lo de mandar mediante líneas alámbricas (de ahí lo del cable) mensajes codificados suena a arqueología. Pero en su día los cables comunicaron territorios lejanos. Y Xàbia tuvo en esa historia un papel muy relevante. El 7 de septiembre de 1860 el cable submarino enlazó la Península y las Baleares. Y el punto de conexión peninsular fue Xàbia, en concreto la estación telegráfica que desde entonces se conoció como la Casa del Cable. En ese momento, la telegrafía estaba en plena expansión. El primer cable transatlántico conectó Europa y América, en concreto Irlanda y Terranova, el 5 de agosto de 1858.

La Casa del Cable o lo que queda de ella recupera ahora su origen. En 2007 el ayuntamiento, tras lograr que el Estado le cediese el edificio, entonces en ruina, terminó una «restauración» controvertida. Sólo se conservaron las cuatro columnas de la fachada. El recuerdo de su función primera quedó arrinconado, casi olvidado. Un panel aludía a su pasado como estación telegráfica. Pero, remozada y transformada en sala de arte, se diluía su importancia como punta de lanza de las comunicaciones.

Ahora se reconecta con su historia. El colectivo de divulgación científica de la Marina Alta Meridià Zero y el museo Soler Blasco de Xàbia han montado en la Casa del Cable una exposición sobre la historia de la telegrafía. Recupera los antiguos aparatos (muchos de ellos cedidos por el telegrafista José Ramón Vidal al museo xabienc) y enfatiza la trascendencia de este sistema de comunicaciones en la revolución industrial. Josep Lluís Doménech compara la importancia del telégrafo con la del ferrocarril en la revista «Daualdeu», que edita Meridià Zero y cuyo último número está dedicado a la Casa del Cable y a la revolución del telégrafo.

En esa revista, la directora del Museo Telegráfico, Carmen Bachiller, recupera la historia del cable submarino entre Xàbia e Ibiza. Explica que la línea empezó a desplegarse el 28 de agosto de 1960 entre Mallorca e Ibiza. El vapor inglés Stella iba soltando el cable. El 5 de septiembre ese barco ya puso proa hacia Xàbia. El 7 de septiembre, ya de noche, terminó de extender el cable. Hubo que hacer un apaño, ya que el tendido telegráfico se había terminado cuando todavía faltaban 3,7 metros para llegar a tierra. El cable se repuso en 1871. Ese trabajo lo hizo el barco especializado inglés La Plata. Y en 1888 se volvió a sustituir. La conexión telegráfica entre Xàbia e Ibiza dependía de 111,3 kilómetros de alambres trenzados, así como de antiguas y sorprendentemente grandes pilas eléctricas, que también se exponen ahora en la Casa del Cable.

Mientras, en 1961, se desplegó la línea entre Barcelona (Montjuïc) y Menorca. Ya en 1908 València y Palma se conectaron con cable submarino. Este último tendido era bastante más largo. Medía 292,48 kilómetros.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats