Paradas por causa de fuerza mayor. Y tanto. Las obras de la variante de la N-332 en Benissa, que hace ahora un año se reiniciaron con OHL como nueva adjudicataria, se han suspendido momentáneamente. Este miércoles se produjo un tremendo derrumbe. Se hundió un tramo de unos cien metros de un muro de piedras de escollera. Las piedras sepultaron una máquina en la que iba un trabajador dentro.

El susto fue de órdago. El operario pudo escabullirse por una ventanilla. Salió a toda prisa. Toneladas de piedras se le vinieron encima. El chasis de la máquina aguantó la avalancha. Al escapar por la rendija de la ventanilla, el trabajador sufrió arañazos. Salió de milagro. Fue trasladado a un centro sanitario. Sus heridas no revestían gravedad y, a las dos horas, el operario había regresado a las obras. Observar la máquina enterrada (solo asoma el lateral) le debió poner los pelos de punta.

El muro que se ha desmoronado está en la parte donde más se complica la obra de la variante, una carretera de circunvalación de 4,5 kilómetros. El terreno presenta pendientes y desniveles. Benissa ya queda atrás y la variante debe aquí conectar de nuevo con la N-332, en el tramo que baja hasta Calp.

El derrumbe ocurrido ahora siembra dudas sobre la estabilidad de los muros de piedras de escollera que se han creado en esta trecho sur de la variante. De hecho, tanto la empresa adjudicataria como el Ministerio de Fomento han decidido paralizar los trabajos y llevar a cabo estudios geotécnicos para averiguar por qué se ha desmoronado un trozo de cien metros de muro y determinar si el resto del parapeto de piedras de escollera ofrece garantías de solidez (en caso contrario, se deberá demoler de punta a punta). Llevará unos diez días establecer las conclusiones.

Las obras de la reivindicada variante de Benissa (los vecinos la reclaman desde hace décadas para sacar de dentro del pueblo el denso tráfico de la N-332) se reiniciaron hace ahora un año. El Ministerio de Fomento volvió a adjudicarlas. Se las quedó OHL por 21,8 millones de euros. Tiene 32 meses para acabarlas. Antes habían estado paradas durante más de ocho años. La primera empresa adjudicataria fue Begar Construcciones y Contratas, que, al poco, entró en concurso de acreedores. Es un proyecto con mucha historia. La más estremecedora es la de ese obrero que escapó el miércoles por los pelos de un impresionante alud de piedras.